¿A Sergio Ongarato se le salió la cadena?
El intendente radical de Esquel está atravesando un momento complejo. Contra todo pronóstico político -tal vez sí, climático- la crisis provincial impactó de lleno en el municipio cordillerano y Sergio Ongarato no logra salir del conflicto social.
Primero el parate de la obra pública provincial dejó en el aire a dos mil trabajadores de la UOCRA, que decidieron recibir el invierno al abrigo de las gomas quemadas en la puerta del municipio. Sergio Ongarato intervino y prometió interceder con provincia, hizo lo que pudo, pero pudo poco.
La municipalidad ya brindaba una ayuda a través de la entrega de bolsones de comida una vez por mes, pero tuvo que terminar ofreciendo diez puestos laborales transitorios de tareas de limpieza en el Arroyo Esquel. Ongarato logró acordar un subsidio de tres mil pesos por tres meses para sesenta obreros con fondos provinciales. A cambio harán tareas de limpieza en los barrios, cortes de leña y arreglos en jardines, tres horas por día.
El invierno también llegó para las Asociaciones Vecinales de los barrios, que vieron multiplicarse los pedidos de bolsones de comida, leña y garrafas. El barrio Badén fue el polvorín más notorio, pero no el único.
Merodearon el conflicto ex concejales y legisladores del peronismo local, pero no deja de ser cierto que la crisis golpea con todo en este invierno de temperaturas bajo cero que rozan el récord histórico. Tal fue la inoperancia de la secretaria de Desarrollo Social Ingrid Iglesias, que tuvo que gestionar una ayuda urgente un funcionario de otra área. Así llegaron colcoches y garrafas a los barrios y ya suena como reemplazo de la vacacionante Iglesias, la concejal Fabiana Vázquez.
El intendente Sergio Ongarato pronto vio problemas morales, sociológicos, filosóficos, conspiraciones políticas y descargó su frustración en forma brutal.
“Se han juntados muchos vivos, que lo único que saben y lo han dicho ante las cámaras, que ellos siempre han vividos de los planes sociales que da el estado…hay una tercera generación en algunos casos que lo único que han visto es que se vive de tarjetas sociales, de estos planes que algunos políticos alimentan”.
Sergio Ongarato parece seguir el modelo de la Casa Rosada, que cuando la realidad golpea el bolsillo fuga hacia delante y replica con la cultura del trabajo y el fin de la politiquería.
“Vos tenes mezclado el que quiere vivir del estado y que lo único que sabe hacer es vivir del estado, que está todo el día en desarrollo social, pidiendo, exigiendo, insultando, amenazando con abogados...El secretario de producción y empleo estuvo en el Badén la semana pasada y ofreció capacitación y trabajo…20 personas se anotaron, el primer día fueron dos, el primer “pero” que pusieron era la distancia”.
Con la interna radical al rojo vivo -el presidente del partido César «Oso» Herrera, enfrentado a Cimadevilla, salió a apoyarlo- Sergio Ongarato dijo querer “continuar una gestión más” para “cambiar la cultura de dependencia del Estado” y fue parejo cuando dijo “no sólo en lo social sino que también a otros niveles porque algunos empresarios vienen a pedir el salvavidas por malos manejos que han hecho”.
Sergio Ongarato perdió su habitual prudencia. ¿Error pasional o cálculo electoral? Tal vez el intendente le esté hablando a su núcleo duro de votantes, esos que creen que todos tienen las mismas oportunidades y es todo cuestión de esfuerzo.
Fuente: Fm Del Lago/ Cadena de los Andes/ Diario La Portada
