Cinco claves para entender la crisis terminal de las cooperativas en Chubut
Por Santiago Costa
1_ El escenario actual
La mayoría de las cooperativas de Chubut está fuertemente endeudada con la mayorista eléctrica Cammesa y tienen déficit corriente (mensual). Por eso sufren embargos parciales (o inminentes) y sufrirán reducciones de un diez por ciento en la oferta eléctrica, como ya le sucedió a Rawson.
¿Cómo se llegó a esto? En los últimos cuatro años cesaron los subsidios nacionales a la energía y se disparó la tarifa de Cammesa en más de mil por ciento. Ante la crisis social post devaluaciones, las tarifas aprobadas por los Concejos Deliberantes no acompañaron la inflación y dejaron de cubrir los costos.
2_ Los actores
Cammesa es la mayorista eléctrica monopólica y el estado nacional autoriza constantemente sus aumentos. Tiene las cartas legales a su favor y exige cobrar su deuda, como ya la cobró en Chaco y Corrientes.
Chubut es la próxima en su lista y meterá presión con intimaciones judiciales y embargos, a los que ahora siguieron reducciones en la oferta eléctrica.
Las cooperativas son cada una un mundo, pero todas comparten que no generan renta (no hay un dueño) y son democráticas porque sus conducciones se eligen. En su contra tienen que suelen ser no del todo eficientes y les cuesta generar nuevas unidades de negocios (aumentar sus ingresos).
Los municipios (y concejos deliberantes) son el poder concedente de los servicios y son los que autorizan o no los aumentos tarifarios. En muchos casos están enfrentados a las conducciones cooperativas por cuestiones partidarias (Comodoro, Madryn).
El estado provincial es el garante último de la prestación de servicios públicos de sus ciudadanos. Pero no posee una empresa estatal de energía ni intercede con un Ente, como agente financiero, entre las cooperativas y la mayorista eléctrica (como sucede en La Pampa, donde las cooperativas deben al gobierno y no a Cammesa).
El estado nacional desde 2015 dejó de subsidiar la energía, liberó y dolarizó las tarifas e insiste a la provincia en que las cooperativas cancelen su deuda con Cammesa, para acceder a financiamiento o adelantos de coparticipación.
3_ Los dos problemas
El primer problema es la deuda consolidada de (todas las cooperativas sumadas) Chubut con Cammesa, que orilla los 4.900 millones de pesos. Con intimaciones judiciales de por medio, solo restan más embargos y la reducción de energía.
El déficit operativo (mensual) es más grave, porque aunque se cancele toda la deuda anterior, se sigue generando nueva deuda. Cammesa pone como condición para que se cancele la vieja deuda, garantizar el fin del déficit corriente.
Las solución es compleja porque es difícil coordinar a tantos actores de un sistema (a las cooperativas con los municipios; al poder Ejecutivo con el Legislativo).
El gobierno puede pedirle al Legislativo que vote (con dos tercios) una ley para tomar deuda y pagar a Cammesa (como hizo Chaco), quedando las cooperativas endeudadas con la provincia. La Legislatura puede negarse por entender que es una estatización encubierta de deuda (las cooperativas no dejan de ser empresas privadas).
El Legislativo puede proponer al gobierno que utilice las regalías hidroeléctricas (como hizo parcialmente Corrientes). El gobierno puede negarse diciendo que eso es resignar recursos propios y no tiene porque hacerlo. ¿Quién tiene razón?
Las cooperativas pueden pedirle a los municipios que autoricen aumentos más significativos de las tarifas para achicar su déficit, y los municipios negarse amparados en la sensibilidad social (o electoral). ¿Quién tiene razón?
4_ Las soluciones parciales y de fondo
Mientras y en el corto plazo, la única forma de dejar a todos contentos es repartiendo sacrificios económicos y escalonando costos políticos.
La Legislatura y el gobierno podrían ceder ambos y acordar aprobar el pago de la deuda con un mix de endeudamiento provincial para refinanciar en parte a las cooperativas, sumado al pago de un porcentaje con regalías hidroeléctricas.
Los municipios podrían comprometerse a permitir que las cooperativas acerquen sus tarifas a sus costos, aplicando la tarifa social a quienes no puedan pagarla.
A cambio los municipios y la provincia les exigirían que creen nuevas unidades de negocios para incrementar sus ingresos (cable, Internet, etc) y coordinen sus costos con el Ente Regulador de Servicios Públicos, para avanzar en la tarifa única provincial.
El sindicato podría aceptar un congelamiento en los ingresos de personal y moderar sus paritarias dos años (los trabajadores de Luz y Fuerza seguirán llegando sin problemas a fin de mes).
5_ Aliados invisibles, adversario todopoderoso
Algunos creen que se puede salir de un laberinto de zarzas sin un rasguño, posponer el pago a Cammesa pensando que no se animará a cortar el servicio o proponen una poco real condonación de la deuda.
Si el verdadero problema es el déficit imparable por el constante aumento en la factura eléctrica de la mayorista, la solución de fondo es detener eso. Pero el único escenario en que una quita de deuda o un congelamiento de la tarifa sean posible es con el (para nada asegurado) cambio del actual gobierno nacional.
En el peor caso habrá que sumar gobernadores, diputados y senadores, federaciones cooperativas o prestatarias eléctricas de otras provincias y los sindicatos para crear masa crítica y dar la discusión en la capital federal, instalando el tema en la opinión pública nacional. Hacer política con mayúscula.
