El madernismo acosado
Adrián Maderna lidera el grupo político más poderoso en Trelew, ciudad que gestiona como puede.
Acosado por la realidad
El madernismo se mueve como un animal cauteloso, ve potenciales peligros detrás de todo arbusto y prefiere rehuir las confrontaciones -con diplomacia y voz suave- a mostrar las garras. Pero como todo animal -político en este caso- cuando se ve acosado, las muestra.
La fortuna dispuso que Adrián Maderna llegue a la gestión cuando el país se cayó, productiva y socialmente, en un bache. El cierre de fábricas, dependencias nacionales, comercios, el parate de la obra pública y privada, el pago escalonado de empleados públicos provinciales fue un combo letal para la ciudad de Trelew.
No hay intendente ni mago que logre transformar con políticas municipales proactivas, las brutales transformaciones de políticas nacionales y provinciales recesivas. Pero las ciudades de Comodoro y Puerto Madryn cuentan con mayor incidencia de la actividad privada y la crisis se nota menos.
Los votantes suelen repartir las culpas como les parece y si algunos premian en las épocas de vacas gordas a los intendentes, hay quienes los castigan en las épocas de vacas flacas también.
Acosado por el 2019
Adrián Maderna vio con pavor como medio Trelew se pintó de amarillo en las elecciones de 2017. El apoyo bajo cuerda a candidatos en la interna justicialista, que incluso llevó a Jerónimo García a hablar de «aprendices de brujos» por hacer peligrar la candidatura oficialista de Mariano Arcioni como diputado, se esfumó al ver el avance brutal de la candidatura del Cambiemos y Menna en el sur de Trelew.
Allí se forjó el pacto de supervivencia del peronismo trelewense entre Adrián Maderna y Gustavo MacKarthy. Pacto que es más «hacia abajo» -asegurando los barrios y la intendencia, repartir los concejales y las secretarias del gabinete- que «hacia arriba» en el apoyo explícito, pero tibio de Adrián Maderna a la aventura a gobernador de Gustavo Mac Karthy. ¿A qué intendente trelewense no le gustaría otro trelewense en el sillón del gobernador?
Acosado por la realidad social y electoral, donde sabe que ya no cuenta con el apoyo de la clase media y duda de su hegemonía absoluta entre las clases bajas, Adrián Maderna endureció su postura frente al gobierno nacional, empezando a decirle al pan, pan y al vino vino, en voz alta.
Acosado por la provincia
En el camino, el intendente Maderna fue construyendo una relación de amabilidad política y alianza en la gestión con el gobernador Arcioni, que sus pares de Puerto Madryn y Comodoro rechazaron tener. El gobernador Mariano Arcioni jamás fue visitante en Trelew.
Esta «alianza de gestión» entre Maderna y Arcioni -que es tan contradictoria con su alianza política con el mackarthysmo- se expresó incluso en designaciones como la de Arzani en Ambiente. El intendente de Trelew hasta dejó en claro en la mismísima mesa de reunificación del partido, su postura abierta a una alianza entre el PJ y Chusoto, con la posibilidad de Arcioni para competir como candidato de ese frente.
Sin embargo, no todas son rosas sin espinas entre Maderna y Provincia. Las incursiones del superministro Massoni (quien sueña con ser intendente de Trelew) en temas de alta visibilidad mediática -sean de seguridad o de malnutrición en escuelas-, con la infaltable colaboración del diario El Chubut, pusieron los pelos de punta del acosado madernismo.
La reciente polémica entre funcionarios municipales y provinciales sobre la apertura de nuevos comedores populares, tuvo como protagonista a la nueva ministro de Familia, pero como detonante real la seguidilla de tapas del diario El Chubut sobre el tema. Aunque la ministro Saunders desmintió las declaraciones, el diario ya había instalado el tema y llevó la rispidez a nuevos niveles.
Funcionarios municipales, con el secretario de Desarrollo Social y Acción Comunitaria Héctor Castillo a la cabeza, salieron a fulminar a la ministro. Pero tan grave fue el escándalo que hasta el propio intendente Adrián Maderna le sugirió a la ministro volver a su previo cargo de concejal.
El madernismo no sabe si esto que vive como ataques, son torpezas de funcionarios, operaciones mediáticas o malícias maquiavélicas ordenadas por Arcioni, para «caminarle» la ciudad al intendente. En el caso del diario El Chubut, siempre es portavoz oficialista, pero tiene sus latidos radicales.
Sea por la avasallante realidad social -con su desocupación, miseria e inseguridad-, o la aceleración de los tiempos electorales, el madernismo cree que puede seguir poniendo un huevo en cada canasta política -sea el PJ, sea el arcionismo- mientras continúe moviéndose y jamás se quede quieto. Maderna sabe que la crisis social es una marea que si él se detiene, se transforma en crisis política y como todo animal, el madernismo obedece a su instinto de supervivencia ante todo.
