La apertura de Alberto
Por Martín Gómez
La 139° apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación Argentina marcó el inicio de un ciclo y el discurso del presidente Alberto Fernández, algo ambivalente, mostró entrelíneas cuáles serán las políticas para el 2021, enfocándose en los números de un gobierno en pandemia y con una dura crítica a la oposición.
Reestructuración de la deuda vs inflación
El discurso del presidente se estructuró bajo la estrategia de causa y efecto, que le permitió explicar como, a través de sus decisiones políticas, trato de gobernar en su primer año de gobierno de pandemia global. Se enfocó en mostrar constantemente el vaso de la realidad medio lleno, o medio vacío.
En el frente económico, cuenta con un punto a favor y otro en contra. La restructuración de la deuda con los bonistas claramente es un gol de media cancha y al ángulo. Pero su desempeño en la política interna y la exposición de los porcentajes de disminución de la pobreza e indigencia se pierden con la inflación del 2020.
El presidente hizo de la pandemia el eje de su discurso. De hecho «pandemia» fue la tercera palabra más mencionada (25 veces); por detrás de País (47) y Argentina (46).
Alberto Fernández enumeró varios y diversos temas de su agenda política, hasta incluso de la oposición. Es fundamental en cualquier discurso, precisamente, que el paso de un tema a otro sea lo más imperceptible posible.
La madre de la reformas
El punto fuerte del discurso se enmarcó en su propuesta de reforma judicial. Describió como “la práctica judicial ha sido deficitaria en los procesos relacionados con violencia de género”, para desembocar en una extensa critica del sistema judicial. Insistió en que el Poder Judicial es el menos democrático de la república, su estrecha relación con el poder económico y el mediático, a los que favorece y de los que se beneficia. Argumentó que la reforma del poder judicial es una demandada de la sociedad.
Durante el tiempo que le dedicó al tema de la reforma judicial, el presidente pareció incluso aceptar la agenda de Juntos por el Cambio, con la corrupción como tema central, doblando la apuesta con la creación del Tribunal Federal de Garantías. También hizo alusión a la fuga de 44 millones de dólares prestados por el FMI asegurando que se demandará penalmente contra los responsables. Además respondió las críticas por el “vacunatorio VIP”.
Sin embargo el presidente no profundizó en su agenda para 2021, deambulando superficialmente por los demás temas que tocó en su discurso.
En el inicio del año electoral su mensaje apuntó principalmente al interior del Frente de Todos, con el que aspira a ganar las elecciones y garantizar que la renovación de bancas le otorgue mayoría en el Congreso.
Alberto Fernández persigue la gobernabilidad que ansía todo presidente de esta Argentina cada vez más dispersa.
