Nacho Torres, arrinconado por Milei, se defiende a todo o nada
Por Santiago Costa
El gobernador Nacho Torres anunció públicamente que la provincia paralizará la producción de petróleo y gas si el gobierno nacional no restituye los fondos coparticipables retenidos como pago de una cuota de la deuda con el Fondo Fiduciario.
Es una respuesta extrema a una situación extrema, porque enfrenta una ejecución política por ahogo financiero. Torres sabe que, a dos meses de asumir, someterse a la extorsión del gobierno nacional (el famoso «látigo y chequera», pero sin chequera) es la sentencia de muerte de su gobierno y su proyecto político. Le quedarían por delante cuarenta y seis meses de gestión espectral.
I. El presente
El gobernador del PRO utilizó hábilmente la plataforma que el sindicato de petroleros montó con su movilización contra YPF por el abandono de yacimientos, que coincidió y fue potenciada por el aniversario de Comodoro.
Torres también fue hábil en juntar aliados previo al pronunciamiento. No solo a los sindicatos petroleros y camioneros, que ejecutarán la amenaza con un paro, sino que se aseguró la “comprensión” de las operadoras petroleras.
También logró el apoyo de los demás gobernadores patagónicos (que firmaron el comunicado de las “provincias del sur”) y todos los intendentes y partidos políticos opositores de la provincia.
Apenas quedó en soledad el diputado libertario César Treffinger, al que le costará mucho rehabilitarse ante la opinión pública provincial.
El gesto de Torres también fue acompañado por todos los gobernadores (menos Tucumán), y la UCR nacional.
El PRO se dividió. El ex presidente Mauricio Macri quedó en silencio, pero extraoficialmente apoyó a Torres.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich hizo lo que un ministro debe hacer, salvo que renuncie, y apoyó al Presidente. La ex presidenta del PRO cruzó públicamente a su ahijado político, que declaró haberle avisado con antelación sus movimientos.
Torres hizo un notorio esfuerzo por explicar la situación a la opinión pública nacional con entrevistas a las radios capitalinas Con Vos, Rivadavia, Mitre, al portal Infobae y el canal La Nación +.
El chubutense desconcertó a la opinión pública nacional, desde LN+ , que lo vio como fuego amigo o una astilla del mismo palo; hasta la militancia rasa de La Cámpora, que busca descifrarlo. Un gobernador joven y sin pasado; del PRO, pero con modos peronistas y discurso republicano; que obligó a su partido a acompañar en silencio una medida de fuerza que está en las antípodas de su ADN pro empresarial.
Torres les intentó explicar que la disputa no es ideológica, recordó que su diputada votó a favor la Ley Ómnibus e hizo un ajuste del estado provincial “mayor en escala” al del gobierno nacional.
El gobernador apuntó contra la irracionalidad del Presidente; la hipocresía del ministro de Economía (que ejecutó la orden pero la negó en público); la perversidad del asesor de la Secretaría General de la presidencia Santiago Caputo (que opera una campaña sucia en las redes sociales para desprestigiarlo); y la inoperancia del desautorizado ministro del Interior Guillermo Francos y su palabra devaluada.
II. El pasado
Otra vez quedó en evidencia la irresponsabilidad del gobernador Mariano Arcioni, que tomó una deuda a corto plazo atada a una inflación descontrolada, que ni siquiera comenzó a pagar durante su mandato. También la mezquindad política del gobierno del Frente de Todos con Chubut. Massa no le ofreció un ATN a su aliado, sino más deuda.
Arcioni, que incluso desplegó un discurso “desendeudador”, ahora tuvo el descaro de pronunciarse públicamente a favor de Torres como si fuera cualquier hijo de vecino.
El gobierno nacional argumenta que simplemente ejecutó la garantía de esa deuda (la coparticipación), descontándose automáticamente una cuota de $13.500 millones.
El gobierno de Chubut sostiene que el Banco Central no lo autorizó a colocar un nuevo bono para refinanciar esa deuda, como sí le permitió a Chaco y otras provincias. Y que la razón fue el fallo favorable de la justicia federal a su demanda por la eliminación del Fondo Compensador al Transporte Público de Pasajeros.
III. El futuro
Quedan dos días hábiles para que el gobierno nacional ceda, lo que probablemente no haga, embarcado como está en un juego de la gallina (un duelo en el que el primer conductor que se desvía de la trayectoria de choque pierde).
De ser así el miércoles los sindicatos irán al paro, pero el apoyo regional de los gobernadores patagónicos no surtirá efecto si Neuquén, que representa el 50% de la producción de petróleo y gas, no se pliega.
La justicia federal podría fallar contra el gobierno nacional por los fondos retenidos de la coparticipación federal, como ya lo hizo en la demanda por la quita del subsidio al transporte. El poder judicial podrá proveer de tiempo, instaurando una pausa necesaria, una tregua ficticia y finita. Pero la resolución definitiva será política.
El viernes el Presidente debe inaugurar el período de sesiones ordinarias del Congreso, en el peor momento de su relación con las provincias y ante un frente unido de gobernadores sublevados. ¿Volverá a darle la espalda al Congreso, como ya lo hizo en su asunción de mando, cuando no dio el discurso en el reciento, sino en las escalinatas?
Todos los gobernadores saben que Chubut es la primer provincia, pero no será la última, en sufrir un ahogo financiero de Nación. Milei busca disciplinarlos con la amenaza de desencadenar el conflicto social y un final traumático de sus gestiones y proyectos políticos.
Están decididos a ponerle un límite al gobierno central, a hacerlo sangrar, para que cese en su ofensiva y se renegocie una nueva convivencia democrática, republicana y federal en el sistema político argentino. El futuro del mega DNU pende de ese hilo.
Torres no trata de liderar la escena nacional, ni de entrar en la historia, ni de ser el heredero de nadie. Lucha por su supervivencia política, con el apoyo de los demás gobernadores, que se ven reflejados en su destino.
