Internacional 

El papa Francisco dirigió el funeral de Benedicto XVI

El Papa reinante, Francisco, presidió los funerales de su predecesor, el emérito Benedicto XVI, ante decenas de miles de fieles.

Francisco agradeció al alemán Joseph Ratzinger su labor de pastor con “sabiduría, delicadeza y entrega”.

 

Invitados

Entre las personalidades mundiales presentes en los funerales, solo dos delegaciones, las de Alemania e Italia, fueron invitadas oficialmente porque Benedicto XVI no era un Papa reinante.

Los presidentes de ambas naciones presidieron las representaciones oficiales: el italiano Sergio Mattarella y el germano Frank-Walter Steinmeier.

Entre los presentes estaban el rey de Felipe de Bélgica, Sofia la reina madre de España, los presidentes de Polonia, Togo y Portugal.

Argentina estuvo representada por la embajadora María Fernanda Silva.

Entre las personalidades religiosas, el metropolita Antonij di Volokolamsk representó al Patriarcado ortodoxo de Rusia.

Concelebraron 130 cardenales, 400 obispos y 4000 sacerdotes presentes.

Sentado junto al altar por sus problemas en una rodilla, había comenzado con las palabras “Padre, en tus manos encomiendo mi espiritu”, las mismas que pronuncio Jesús en la cruz según los Evangelios.

“También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos como comunidad eclesial seguir sus huellas y confiar a nuestros hermanos en las manos del Padre. Que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio que él espació y testimonió durante su vida”, dijo el Papa Francisco.

Francisco aludió a la dimisión de Benedicto. Recordó “la conciencia del pastor que no puede llevar solo lo que, en realidad, no podría nunca soportar solo. Es por eso que es capaz de abandonarse a la oración y al cuidado del pueblo que le fue confiado”.

El Papa Bergoglio recordó las palabras de san Gregorio Magno a un amigo: “En medio de las tempestades de mi vida, me alienta la confianza de que tú me mantendrás a flote en la tabla de tus oraciones, y si el peso de mis faltas me abaja y humilla, tu me prestarás el auxilio de tus méritos para levantarme”.

“El pueblo fiel de Dios, reunido, acompaña y confía la vida de quién fuera su pastor”.

Benedicto renunció por sorpresa a partir del 28 de febrero de 2013, fue durante nueve años y diez meses Papa emérito y residió en un monasterio en los jardines vaticanos hasta morir allí el sábado pasado a los 95 años.

Francisco agregó que “como las mujeres de los Evangelios en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde. Queremos hacerlo ahora con la misma unción, sabiduría delicadeza y entrega que el supo esparcir a lo largo de los años” 

El cuerpo de Benedicto fue después hasta la cripta en las Grutas Vaticanas, en la sepultura que pidió. Allí estuvieron sucesivamente los cuerpos de Juan XXIII y Juan Pablo II hasta que, proclamados santos, fueron trasladados arriba, a dos capillas en la basílica de San Pedro.

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