Cayó el PBI en el primer semestre
La actividad económica cayó por cuarto mes consecutivo y acumuló en el primer semestre una caída de 1,9%. El segundo trimestre tuvo una baja de 2,5% y erosionó todo el crecimiento que se había logrado a inicios del 2023.
La sequía afectó especialmente a la actividad agropecuaria y arrastró a otros sectores como la industria que la provee. Tras la suba del 22% del dólar oficial, analistas tuvieron que acomodar a la baja las previsiones del PBI hacia fin de año.
El Emae difundido por el Indec presentó en junio una baja de 0,2% respecto de mayo, empujada especialmente por la sequía que contrajo al agro en 40,4% frente a junio de 2022. También la actividad de la industria sufrió un desplome anual de 3,6%.
La consultora ACM consideró que «a pesar de que el resto de los sectores registraron mayor actividad en junio, no lograron compensar la caída exhibida en el sector agrícola ni en la industria» y explicó que «durante el segundo trimestre del año se produce el grueso de la cosecha y es ahí donde se registró una mayor caída».
A las consecuencias negativas de la sequía habrá que sumarle, a partir de agosto, el impacto en la actividad de la devaluación posterior a las PASO, que llevó al dólar oficial a los $350 y que rápidamente se trasladó a los precios. Antes, en julio, se había comenzado a aplicar el impuesto PAÍS a las importaciones de bienes y servicios y el dólar diferencial para fomentar la liquidación de maíz.
Para LCG, ese contexto provocará una aceleración inflacionaria que «erosionará aún más rápido el poder adquisitivo impactando en el consumo» y las restricciones a las importaciones «deprimirán la demanda de insumos externos y, por tanto, de la actividad industrial y comercial».
«Sobre esta coyuntura se monta un escenario político incierto que paraliza los proyectos de inversión, afectando así también el nivel de empleo y creación de puestos de trabajo. Esperamos que la actividad económica acelere el deterioro de cara al segundo semestre del año», destacó.