Violencia en Ecuador: explotaron cuatro coches bombas
Dos coches bomba que estallaron en una zona comercial y financiera del norte de Quito y otros dos en el sur de Ecuador volvieron a exponer la gravedad de la violencia que acorrala a la nación andina.
Los ataques no dejaron víctimas ni heridos. Pero la sombra de la creciente presencia de los carteles narcos sobrevuelva estos episodios terroristas que tienen una marca clásica del comportamiento de estas mafias al estilo de las de Colombia o Mérxico .
La explosión más fuerte ocurrió la madrugada de este jueves afuera de una de las oficinas del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad situada frente a una universidad.
Horas antes, había estallado otro vehículo en una zona cercana donde anteriormente funcionaba la misma institución de control del sistema penitenciario, informó la policía. Esa oficina confirmó que otros dos vehículos estallaron hacia la medianoche del miércoles en la provincia de El Oro, fronteriza con Perú.
El primero en la pequeña localidad de Casacay, 370 km al suroeste de Quito, y el otro en la zona conocida como Bella India, también sin dejar víctimas. En ambos se usaron tanques de gas de uso doméstico.
Estos hechos son considerados advertencias de los carteles, en particular los de Quito. Estarían relacionados con los traslados de líderes de las bandas de las prisiones donde tienen sus cuarteles y realizan la logística de sus operaciones.
El director de investigación antidrogas de la policía, Pablo Ramírez, confirmó que hubo en las horas previas a los atentados la mudanza de varios de estos sujetos.
En torno al caso fueron aprehendidas seis personas de nacionalidad ecuatoriana y colombiana que tenían antecedentes por extorsión, robo y asesinato. Tres de ellos habían sido detenidos 15 días atrás pero los liberó la justicia.
Ecuador vive un incremento de la violencia en consonancia con la escalada de la actividad del narcotráfico con la presencia de dos grandes bandas domésticas que pelean por el control del país y están vinculadas con los mayores carteles del narco en México.
El secretario de Seguridad Wagner Bravo declaró a una radioemisora que la escalada de ataques es una reacción a las acciones del Estado para controlar las cárceles y al traslado de seis presos que se considera “involucrados en el asesinato del excandidato” presidencial Fernando Villavicencio ocurrido el 9 de agosto. Un hecho que conmocionó al país.