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Incidentes y más de 100 detenidos en la marcha de jubilados e hinchas

En un operativo masivo de las fuerzas de seguridad, se registraron decenas de heridos, uno de ellos de extrema gravedad. Hubo presencia de barrabravas, un patrullero fue incendiado, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, declaró que buscan «voltear al Gobierno». En respuesta, se realizaron cacerolazos en distintos barrios porteños.

Pablo Grillo, un reportero gráfico, sufrió una severa lesión en la cabeza que le produjo pérdida de masa encefálica y pelea por su vida en el Hospital Ramos Mejía. El golpe fue provocado por una cápsula de gas lacrimógeno.

En la Plaza del Congreso, un patrullero de la Policía de la Ciudad fue volteado e incendiado, al igual que varios contenedores de basura. Integrantes de hinchadas de fútbol, que se autoconvocaron tras la presencia de simpatizantes de Chacarita la semana anterior, intensificaron la protesta, contrastando con las manifestaciones pacíficas de los jubilados.

La numerosa cantidad de efectivos, más de 1000, amplió la dimensión de la protesta, sobrepasando la anunciada aplicación del protocolo antipiquetes. Esto resultó en una cantidad inédita de detenidos en una manifestación callejera.

Pablo Grillo cuando lo subieron a la ambulancia (RS Fotos)

Patricia Bullrich, quien monitoreó la manifestación, afirmó que «Lo de hoy es de una gravedad inigualable. Muchas de las personas que vinieron a esta marcha, barras, agrupaciones de izquierda, miembros de agrupaciones kirchneristas, distinta gente que se nuclea políticamente para voltear al gobierno, vinieron preparados para matar».

Aunque se no confirmó la presencia de los líderes de las barras, se observaron camisetas de varios clubes de fútbol como Boca, River, Independiente y Racing, junto con banderas del Movimiento Peronista Riverplatense y de Hinchas de Gimnasia Autoconvocados. Las consignas principales apoyaban a los jubilados.

Hubo decenas de detenidos durante los incidentes en el Congreso

El trabajo de la prensa se vio afectado, con agresiones a Ramiro Fornataro de LN+ y Manu Jove de TN por parte de manifestantes. Fornataro relató: «Nos echaron, nos corrieron. Estábamos sobre Moreno. Eran unos pocos los que nos empezaron a increpar… una minoría comenzó a hacer ruido, se les sumaron otros y avanzaron».

En Entre Ríos y Rivadavia, un foco de conflicto, un grupo pequeño cantó contra el oficialismo, mientras que otro, compuesto por barras y encapuchados, arrojó piedras e incendió contenedores, provocando enfrentamientos con Gendarmería. Un mecánico de 65 años, Claudio, expresó: «Nos está haciendo mierda a los jubilados, a los enfermos, a los que no tienen remedio, a todos».

Otro grupo numeroso se concentró en Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, cerca del Senado. La infantería y la policía motorizada reprimieron con balas de goma y gases lacrimógenos, apoyados por camiones hidrantes, mientras los manifestantes respondían lanzando objetos. Se identificaron banderas del Movimiento Evita y de la UTEP.

Después de las 6 de la tarde, la Plaza del Congreso se despejó y los enfrentamientos se movieron hacia las calles laterales. Algunos manifestantes intentaron llegar a la Plaza de Mayo, mientras que otros resistieron en el ingreso a Diputados. Isabel Pérez, una jubilada de 66 años, relató haber sido alcanzada por gases lacrimógenos mientras estaba en una esquina.

El SAME informó que seis personas fueron trasladadas a hospitales como el Ramos Mejía y el Argerich debido a los enfrentamientos. El Ministerio de Seguridad reportó seis heridos entre las fuerzas de seguridad y la incautación de armas de fuego y un cuchillo.

En Callao y Corrientes, el Grupo de Acción Motorizada (GAM) detuvo a varias personas. Uno de los detenidos, vestido con la camiseta de Newell’s, se quejó de no sentir los dedos. También fue detenido un miembro de la iglesia del cura Francisco “Paco” Oliveira.

En la marcha participaron hinchas de Rosario Central, Chacarita y Huracán, junto con agrupaciones políticas y sindicales. El diputado opositor Sergio Palazzo apoyó el reclamo en medio de los incidentes.

Parte de la barra de Chacarita, presente en la marcha

Un policía resultó herido con arma de fuego y fractura, siendo hospitalizado, y nueve manifestantes sufrieron contusiones, incluyendo un fotógrafo con lesiones craneales graves.

De los 120 detenidos, 89 fueron capturados por la Policía de la Ciudad y el resto por fuerzas federales. El gobierno de la ciudad de Buenos Aires estimó los daños en $275 millones.

Jorge Macri, jefe de gobierno, supervisó el operativo separado de Patricia Bullrich. Al caer la noche, se escucharon cacerolazos en varios barrios de Buenos Aires en respuesta a la represión.

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