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Peligran 110 empleos de la empresa Food Arts

La sesión del Concejo Deliberante de Puerto Madryn se vollvió tensa a partir del reclamo de los trabajadores de Food Arts quienes esperan que los ediles sesionen para permitir al Ejecutivo Municipal que habilite la planta pesquera sin el contrato de locación, según publica El Chubut.

Pese a una reunión con las tres partes que conforman la empresa y que están en conflicto entre sí, no hubo acuerdo entre los empresarios y peligra el empleo de 110 personas.

Al parecer, la única manera para que Food Arts continúe funcionando es que el Concejo realice la sesión especial y permita habilitar la pesquera, aunque ello podría traer algunas complicaciones judiciales según advirtió Ipesur, dueña del inmueble.

Con manifestación

A primera hora de la mañana, los trabajadores realizaron un corte de calle con quema de cubiertas en la puerta del Concejo Deliberante a la espera de que los ediles realicen la comisión de Gobierno y den despacho para la sesión especial, aunque parecía que no se iba a realizar, ya que no había acuerdo entre la totalidad de los concejales.

Esto motivó que los trabajadores “copen” el Concejo y presionaron a los ediles, quienes, finalmente, firmaron el despacho para que hoy se realice la sesión.

Oscar Hughes, secretario Gremial del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación  señaló que “es un conflicto de privados, pero nosotros necesitamos el apoyo de los concejales, que dicen una cosa pero cuando se encierran en su despacho hablan otra cosa. Pedimos que den quórum, si quieren votar en contra que voten, pero que la sesión se haga hoy sí o sí. Disparó que “sabemos cómo son algunos concejales que son una manga de traidores que no representan al pueblo”.

Si bien costó que se firme el despacho, los ediles aseguraban que no se podía sesionar ayer mismo debido a que hay plazos legales que se deben respetar. Al respecto, Claudia Bard explicó que “hay un plazo máximo de 48 horas y un plazo mínimo para notificar a todos los concejales, de hecho hay algunos que no están presentes en las instalaciones y a ellos los tienen que notificar de que hay sesión, sino el acto no es válido. Mínimamente, a una sesión especial, se llama de un día para el otro”.

El origen del conflicto

La sociedad está integrada por tres empresas (Food Arts, Ipesur y Pescarts) y comentaron que, a partir de una serie de desavenencias dentro del ámbito privado con el dueño de la planta que reside en Italia y alquila el inmueble se les informó a los socios locales en Puerto Madryn que no se renovaría el contrato, el cual vencía en marzo de 2017.

La disolución de la sociedad fue solicitada, pero no es un trámite que actualmente se encuentre en proceso.

Luego, vendría una demanda de desalojo anticipado, la cual implicaba que cumplido un plazo establecido se debía abandonar la planta, lo cual no ocurrió; desde entonces, la situación fue escalando al punto de los trabajadores y el gremio que los nuclea solicitan, por estos días, la habilitación provisoria para poder ser convocados a la próxima zafra.

Condiciones

Existe una serie de puntos a cumplir, en cuyo caso la planta volvería a estar operativa en principio hasta el 31 de marzo de 2019, fecha que se encuentra en discusión dado que la zafra finaliza aproximadamente el 30 de abril.

Una de las condiciones para garantizar la operatividad de la planta es que, cumplido dicho plazo, la misma deberá ser devuelta en condiciones y acondicionada. También solicitarían que se desestimen unas cuatro demandas en lo Comercial y Civil por parte de Food Arts contra Ipesur, y que se levante la orden de desalojo que actualmente rige.

Sin acuerdo

El lunes 25 de noviembre, una nota interpuesta por la firma Ipesur, dueña de la planta y parte de la sociedad, impidió que se llevara adelante la posibilidad de habilitar la planta de manera provisoria, dejando trunco lo que había sido convenido por los concejales, es decir, el funcionamiento de la empresa para la explotación de la zafra provincial hasta marzo o abril del año que viene.

La situación de la empresa tiene, a su vez, un doble efecto; por un lado, la falta de cobro por productividad de los 110 trabajadores y la incertidumbre respecto de sus puestos de trabajo, teniendo en cuenta que, en el mejor de los casos, si se habilitara la planta hasta principios de 2019, no se sabe qué sucederá después.

Por el otro, el efecto que produce en el circuito comercial dicha falta de productividad y dinero circulante, profundizando la situación local y depreciando el nivel de consumo.

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