El cielo ¿raso? de la política chubutense
Por Santiago Costa
El cielo de la política chubutense contiene estrellas y planetas. Los mortales votantes alzan la vista buscando orientación, referencias. Pero las estrellas se mueven, se caen, se confunden con planetas, que eclipsan y enceguecen la visión. Prestan atención a su recorrido, temiendo que el cielo se vuelva raso.
El lucero de Maderna
Con sus masivos actos, Adrián Maderna se muestra como el lucero del cielo peronista. El peronismo de Trelew está con él, porque él tiene los votos. Envía un mensaje a sus aliados -a la hora de negociar su cuota de poder en listas y cargos- y hacia otras regiones, bajando el precio a otras figuras de Trelew como Gustavo MacKarthy. También planta bandera para que lo sigan los demás dirigentes, como el sindicalista de comercio Alfredo Béliz.
A estrella tan fulgurante no hace falta inventarle más brillo. ¿Por qué los diarios locales repiten acríticamente el comunicado oficial de Chubut Primero, diciendo que movilizaron 10.000 personas en Trelew? Debieran poner en duda esa cifra, chequearla al menos. El Diario El Chubut tuvo la audaz precaución de bajar la convocatoria a 9.000 personas.
Es un clásico de la militancia que los organizadores de eventos políticos calculan el doble de asistentes; que la policía suele calcular la mitad; que en un metro cuadrado de la Plaza de Mayo entran cuatro personas y que en una cuadra compacta entran 1.500 manifestantes.
Tomando la mitad de la cifra que dijeron los organizadores, podría darse por buena la cifra de 5 mil manifestantes. Una inmensidad de gente en un acto masivo que, tal vez hoy en Chubut, nadie esté en condiciones de igualar. Pero creer que uno de cada diez trelewenses salió a la calle, es pensar que hubo una pueblada, un eclipse, que no hubo.
La cruz del sur
Referencia inamovible (que nunca se mueve) y guía para los viajeros de la lealtad -como Daniel Scioli, el presidente que no fue-, Carlos Linares carga con ser la cruz del sur. La cruz de representar al sur, sin saber cómo aliarse o imponerse al norte de la provincia. Intentó con Ricardo Sastre un matrimonio celeste, pero había tantos invitados que se perdieron negociando mes por mes el horóscopo y Ricardo Sastre, que es movedizo como un satélite, se le fue de órbita.
Estrellas fugaces
Hacen un recorrido corto, brillan con intensidad y se consumen mientras se mueven de un lugar a otro. En la Legislatura Cecilia Torres Otarola completó su circunferencia política, que comenzó en el Frente para la Victoria, luego en su monobloque y finalizará en Chubut Somos Todos.
Su jefe de bloque, Jerónimo García, se sorprendió con la fuga -estelar- del diputado petrolero Mario Mansilla, enemigo del dirigente Jorge «Loma» Ávila, que con su apoyo electoral a Mariano Arcioni, selló la automática partida del «Chilote» hacia el FPV.
Las cuentas quedaron iguales, pero Fontana 50 ejercerá su poder de atracción, su gravedad -dinero, cargos, lugares en las listas- a todo lo que ande suelto, sean dirigentes como «Coné» Díaz o legisladores como Alfredo «peludo» Di Filipo o el dipierrista Sergio Brúscoli.
Otro astro celeste que vuelve al PJ, como vuelve el cometa Halley cada tanto, es el Rafa Williams. Puso a rodar candidata propia en Esquel, para dolor de cabeza de Sergio Ongarato en Cambiemos y Crhistian Pasquini en Chusoto y alegría ordenadora de los compañeros, a los que les juntará las cabezas seguramente.
El meteorito Grazzini
Como una piedra que cae del cielo envuelta en fuego, haciendo daño y alterando el ecosistema del planeta y abre una corta o larga nueva era. José Grazzini fue el instrumento que las bancadas opositoras unidas eligieron para reemplazar en la vicepresidencia primera al oficialismo, rompiendo todos los códigos de la práctica política legislativa y alterando la línea sucesoria con un opositor.
Podrán buscarse muchas argumentaciones políticas -la primera, que es una maniobra legal- pero la realidad es que no se ve algo así desde el Grupo A, que tomó por asalto la Cámara de Diputados de la nación en 2010.
Si el cambio de autoridades en la Legislatura fue legal, la derogación del decreto de adelantamiento de elecciones y la ley para empalmar las elecciones provinciales con las nacionales no lo fueron. Es potestad del Poder Ejecutivo fijar la fecha de las elecciones. Es algo tan claro y contundente que lo sabe cualquier estudiante de derecho, que también sabe que el gobernador vetará esa ley. Una maniobra tan fugaz como espectacular, una verdadera estrella fugaz.