Milei asumió la presidencia del Mercosur en medio del acuerdo con la UE
Javier Milei sucedió al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien le hizo entrega del habitual martillo para las sesiones del bloque.
El presidente celebró la asunción con una broma, luego de que su par saliente de Uruguay, le hiciera entrega del protocolar martillo de las sesiones del bloque: “Todo lo que sea para romper, me encanta”.
El mandatario insistió en su propuesta para promover el libre comercio, sin restricciones, ante los jefes de Estado países miembros, destacó que debe ser un instrumento flexible y adaptable a las necesidades de los países integrantes.
Criticó el funcionamiento actual del Mercosur, indicando que “trae más problemas que soluciones” y planteó dos opciones: aceptar su ineficacia y disolverlo, o adaptarlo a las necesidades contemporáneas.
Propuso fomentar acuerdos bilaterales para mejorar el comercio no solo con los miembros del bloque, sino también con otros países, “el Mercosur representa únicamente el 1,6% del comercio mundial (…)No podemos darle la espalda al resto del mundo».
Milei se comprometió a buscar una mayor flexibilidad comercial, permitiendo que cada país establezca acuerdos que les beneficien. También mencionó la necesidad de revisar el arancel externo común, considerándolo “excesivamente alto”.
Además, sugirió la creación de una agencia coordinada para abordar la seguridad en la Triple Frontera y combatir el narcoterrorismo, asegurando que esta sería ágil y eficiente.
Acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea
El acuerdo busca unir a los dos mayores bloques multinacionales del mundo, representando a más de 700 millones de personas, con aproximadamente dos tercios en Europa y un tercio en el Mercosur.
La UE es el principal socio comercial e inversor en los países del Mercosur, con exportaciones que rondan los 50.000 millones de euros y una inversión acumulada de 330.000 millones de euros a principios de la década.
Este acuerdo tiene como objetivo aumentar el comercio y las inversiones mediante la eliminación o reducción significativa de aranceles y el incremento de las cuotas de exportación.
Además, se reforzarían normas comunes en propiedad intelectual, seguridad sanitaria, fitosanitaria y protección de denominaciones de origen. Las negociaciones recientes también incluyeron políticas de desarrollo sostenible, derechos laborales y protección ambiental.
La Comisión Europea destacó que las empresas europeas podrían ahorrar más de 4.000 millones de euros anuales en aranceles, beneficiando especialmente a sectores como la automoción, maquinaria industrial, productos químicos y farmacéuticos. Por su parte, los productores del Mercosur se beneficiarían principalmente en el ámbito agropecuario.
El acuerdo tiene un significado político importante, especialmente en un contexto donde se anticipan aranceles por parte de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Europa y Mercosur envían una señal contraria que podría fortalecer sus relaciones si se ratifica el tratado.
El acuerdo debe ser ratificado por los poderes legislativos de cada país.
