La ilusión de Merino
Por Santiago Costa
Gerardo Merino quiere correr la medianera de Trelew, ampliar el ejido urbano (multiplicarlo por ocho para ser preciso). Incluso tener playa, llevarlo hasta el borde del mar.
«Una línea recta que va desde Trelew, saldría a Ruta N° 1 a Isla Escondida hacia el sureste hasta el limite que sería Punta Tombo. Tenemos que tener un ejido que llegue a Punta Tombo».
Merino quiere impulsar la industria turística de excursiones a Punta Tombo, que quedaría dentro del ejido. El Intendente reconoció hace semanas que el mercado brasilero desconoce la existencia del Museo Paleontológico Egidio Feruglio y no le ve sentido al Ente Trelew Turístico (EnTreTur).
También dejar abierta la posibilidad de que se instalen «en la costa municipal» proyectos de hidrógeno verde, que requieren una toma de agua al mar. O parques eólicos como en Madryn, que ya les cobra una tasa.
Ricardo Irianni, presidente de la Sociedad Rural del Valle Inferior del Río Chubut hizo público su temor a que esto sea apenas una maniobra fiscal del municipio sobre los productores rurales.
Merino galvanizó el frente interno. Primero se reunió con el ex intendente de Trelew Gustavo MacKarthy, que lo apoyó. Después con los concejales, que salieron a responder públicamente las críticas del Intendente de Madryn.
También se reunió con el legislador peronista y rival electoral, Emanuel Coliñir, que le sugirió que se ocupe del presente («Los vecinos piden alimentos, que no se inunde, que se reparen las calles»).
La Gran Negociación
La modificación propuesta requiere la conformidad de las municipalidades de Gaiman, Rawson y Madryn porque están afectadas por la coincidencia de la poligonal del límite propuesto por Trelew.
Gerardo Merino se reunió con los intendentes de Rawson, Gaiman y Dolavon. Gaiman ya dio el visto bueno y Dolavon se sumó a la cruzada por una salida al mar para poder ampliar su industria turística hacia lo playero. Lo mismo planteó 28 Julio con un argumento básico: ¿Por qué no?
Pero los verdaderos afectados son Rawson (Playa Unión) y Camarones. Ambos tienen su posibilidad de expansión por el norte y por el sur. También dieron pruebas de una toma de posesión al cuidar ambientalmente ciertas áreas lejanas a sus ciudades, como la isla Escondida (Rawson), o las islas Tova y Tovita (Camarones).
Damián Biss pasó de un rechazo cerrado a una postura de negociación. «Si vamos a pensar en el crecimiento de aquí a 150 años hay que pensar a nivel comarcal. Así como a nivel turístico Madryn tiene como cabecera la Península y Trelew tiene Punta Tombo, Rawson también quiere ser cabecera de una nueva área protegida [Punta Ninfas y Punta León]. También queremos tener la posibilidad de hacer turismo de excursiones”.
Esto sí colisiona con Madryn, que considera a Punta Ninfas su frontera sudeste. Camarones considera Cabo Raso su frontera norte. Esto deja un corredor verdaderamente estrecho para las pretensiones de Trelew y Dolavon.
La Résistance
Dulio Monti, presidente del Concejo Deliberante de Rawson y mano derecha del Intendente fue más reacio. «Lo que estoy viendo no me está gustando. Encierra a la localidad de Rawson, solamente le queda una pequeña salida hacia el norte de la ciudad. Creo que esto se interpone con los intereses que nosotros tenemos como desarrollo de ser un pueblo portuario».
El Intendente de Madryn, Gustavo Sastre, fue el primero que rechazó el proyecto por considerar una eventual salida al mar de Trelew un avance productivo sobre su ciudad.
También lo rechazó la intendenta de Camarones, Claudia Loyola: «Estamos desarrollando un proyecto de ampliación territorial, el cual colisiona con la intención del intendente de Trelew. Sus proyectos inconsultos avanzan sobre terrenos vecinos a nuestra localidad y que están dentro de nuestra proyección de ampliación de futuros espacios productivos”.
El esfuerzo público que hizo la Intendenta al sumarse al espacio político del gobernador parece no alcanzar para frenar lo que considera un avance contra su localidad.
Loyola y Biss tienen un punto de apoyo común en su ambición compartida por crear Administraciones Portuarias en sus ciudades, elemento de negociación que el gobierno provincial puede utilizar para persuadirlos.
El peso del gobernador
La situación se resolverá en la Legislatura, arbitro definitivo que debe sancionar con una ley la amplación del ejido.
¿El gobernador impulsa el proyecto o deja hacer?
Si ésta fuera la Legislatura de los últimos doce años, habría que contar cuántos legisladores son de Trelew, cuántos de Madryn, cuántos de Rawson, etc. Pero esta es la Legislatura de Nacho Torres.
El gobernador tiene un bloque de diecieseis legisladores y lo maneja con mano de hierro. ¿Jugará todo su peso político detrás del proyecto de Merino? Torres ya sumó en el pasado a los dos legisladores del Pich o al libertario Casal. La ley necesita 19 votos.
En ese escenario poco podría hacer la legisladora sastrista Mariela Williams, aún en el hipotético caso de que la acompañe el resto del bloque de Arriba Chubut.
¿El peronista trelewense Emanuel Coliñir se atrevería a votar en contra del proyecto?
El legislador Juan País, jefe del bloque peronista, puso en evidencia al intendente radical: «más que desarrollar proyectos quiere captar renta eventual de proyectos ya establecidos». En enero de 2026 vence la Ley Guinle y los parques eólicos comienzan a tributar.
Gerardo Merino necesita sí o sí el respaldo del gobernador Torres y el acuerdo del intendente Biss. Está dispuesto a «ampliar la oferta» y que el avance del ejido incluya las aspiraciones de Rawson y Dolavon.
Pero el límite norte que pretende Rawson colisiona de frente con el límite sur de Madryn, lo que desencadenará un conflicto. Aún resta la reunión del gobernador con los intendentes. ¿Asistirá Gustavo Sastre? ¿Está dispuesto el gobernador a un conflicto con Rawson y Madryn si las negociaciones no llegan a buen puerto?
Al final del día, Gerardo Merino ¿será un visionario o un iluso?
