Macri y su Conquista del Desierto

Por Santiago Costa

Mauricio Macri entregó la Patagonia. Se la entregó al FMI cómo prenda para reducir el déficit fiscal, pero al mismo tiempo se la entregó al peronismo en las próximas elecciones, al hundir en el descrédito a los representantes de su propia fuerza en la región.

No pueden robarme lo que no es mio.

Macri es un pragmático y corta el hilo por lo más fino. No contempla la posibilidad de reducir el déficit fiscal -algo que no es malo, Néstor Kirchner no tuvo déficit fiscal- cobrando impuestos a los que más tienen, sino reduciendo el gasto al quitar prestaciones sociales a los que más las necesitan. El presidente invierte el lema de Martin Fierro y es «duro con los blandos y blando con los duros».

Mauricio Macri es más un presidente de la pámpa húmeda que un presidente de «derecha», «neoliberal» o «conservador». Maurcio Macri tiene una visión porteña del país y la política. Jugando al TEG de unitarios y federales se aprecian mejor los movimientos de la Casa Rosada y las respuestas de las provincias.

Con el decreto 702 el gobierno de Macri subió el piso y bajo el techo de los valores para cobrar la asignación familiar, sin tener en cuenta que un salario de 50 mil pesos no tiene el mismo poder adquisitivo en capital federal que en Comodoro Rivadavia y así eliminó de un plumazo la igualdad real con el resto del país de 95 mil trabajadores chubutenses. Ese recorte son 190 millones de pesos menos que ya no se multiplicarán como consumo interno en comercios y servicios de la provincia. El decreto también quitó el plus por zona desfavorable a los trabajadores que pueblan los bordes del país, lo que significa una reducción de 53% en las asignaciones familiares.

Para los chubutenses es casi la mitad de su población económicamente activa. Visto desde capital federal, equivale a los hinchas de una cancha de River y una de Boca sumados.

El bloque real

Pero esos hinchas no tienen tres senadores, cinco diputados y un gobernador. Aunque los tres senadores -furiosos- aclararon que no pueden rechazar el decreto por que no es de «necesidad y urgencia» y no pasa por la Bicameral, sí pueden hacer daño no votando el presupuesto. Sumados Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén (dudosos) y La Pampa (decididos), son 18 Senadores. Sobre 72. Un misil contra el presupuesto del gobierno.

Hasta ahí llega el «Bloque Patagónico». Muchos senadores son más opositores que sus gobernadores -el caso de Chubut es muy claro con Nancy Gonzalez y Mario País por el FpV y Alfredo Luenzo que tiene gran autonomía de su gobernador-.

En diputados el cuento es otro. Ahí son más fuertes los intereses de los distritos con mayor población y la dinámica de bloques de partidos, o sea, más ideológica que geográfica. Valga un ejemplo gráfico del mismo día que se supo el ajuste en las asignaciones familiares de la patagonia.

Los gobernadores deben salir de su burbuja patagónica, que los condena al fracaso. Rosana Bertone -TdF- es gobernadora primer mandato, Alicia Kirchner -StaCruz- está aislada en el PJ, Mariano Arcioni y Alberto Weretilneck -RN- son gobernadores de partidos provinciales nuevos, con poderosas oposiciones. Neuquén juega su juego sola con Vaca Muerta. La Pampa sí es guerrera, con el veterano Verna al mando.

Si la mejor defensa es el ataque, hay que hacer causa común con las demás provincias contra Capital Federal y provincia de Buenos Aires, a quienes la Nación -o sea todas las provincias- subsidia los servicios. Es el planteo del cordobés Juan Schiaretti y la oportunidad de oro de abrir una interna en el bloque de la pampa húmeda, incluída Santa Fe.

Impacto y reordenamiento político.

En el plano judicial es válido el amparo presentado por el gobernador Mariano Arcioni, que incluso se inscribe en la mejor tradición dasnevista. Pero el plano legal es una cosa y el político otra.

Los radicales patagónicos tuvieron que salir en bloque a rechazar la medida y ven imposible defender al gobierno -del que son parte- en sus provincias. En Chubut esto impactará de lleno en la interna radical, reforzando enormemente el sector cimadevillista -anti minero y distanciado del PRO-.

Gustavo Menna, por más reflejos individuales que tenga, queda muy condicionado -en su autonomía- hacia dentro de su fuerza y hacia afuera, como la cara provincial visible de un Cambiemos que ve erosionarse enormemente su potencial electoral en la carrera a la gobernación.

El PRO a nivel patagónico, si ya se movía en zona comanche, deberá pasar a la clandestinidad.

En el enfrentamiento con Nación, el gobierno de Mariano Arcioni crece (si lo enfrenta con éxito, sacando con el aumento de los recursos propios la provincia adelante) y también el peronismo. Fundamentalmente el peronismo kirchnerista de Carlos Linares, Nancy González, Santiago Igón y Juan Mario País que ven cumplirse sus peores premoniciones y tienen una postura de oposición sistemática al gobierno nacional desde su día cero.

Si el cartero sigue trayendo este tipo de cartas de Nación, quedará poco margen para una reunificación del peronismo chubutense que no sea fuertemente antimacrista, es decir, kirchnerista.