¿Quién le teme a Adrián Maderna?
Adrián Maderna se deja ver cada vez más con el gobernador Mariano Arcioni y eso preocupa a más de uno por la posibilidad de que preanuncie una fórmula para 2019, con el comodorense Arcioni yendo por la reelección y el intendente de Trelew adelantando varios casilleros en el esquema de poder provincial.
Sin embargo, “el único intendente que aportó ideas” al decir de Arcioni -que sufrió en pleno conflicto sindical el cascoteo de los intendentes Linares y Sastre-, no duda en juntarse a tomar cafecito con sus colegas intendentes a la luz de los flashes y tiene a su vez una alianza con el también pre candidato a gobernador Gustavo MacKarthy.
Pensar que Maderna ya tiene cerrado los nombres del ticket, de los ministerios a negociar y del procurador con el que reemplazar al actual, es un acto de futurismo demasiado audaz.
Pato rengo y pato criollo
El gobernador Mariano Arcioni solo puede decir que irá por la reelección, porque más allá de su deseo -o incluso su chance- real, solo así evitará el efecto “pato rengo” que sufren todos los que acaban su ciclo, cuando “cualquiera se le anima”.
Quienes fantasean con que la Casa Rosada podría ungir a Arcioni como el mal menor o aún a Ricardo Sastre no entienden como funciona la mente Cambiemos: solo gusta pura sangres propios, como Gustavo Menna. Con Mariano Arcioni o con Ricardo Sastre desde la Casa Rosada se dejan engañar y engañan de mutuo acuerdo, para tener a raya a adversarios mutuos a cambio de un poco de gobernabilidad y liquidez.
El pacto de no agresión entre Ricardo Sastre y Carlos Linares para acumular lo más posible en el espacio panperonista -ahora que el “melli” se reafilió y volvió a ser un peronistajusticialista- descansa en el poder de las encuestas. Si no hay “dedo” que digite la fórmula, el gran elector serán la imagen positiva y la intención de voto. Pero de ahí a pensar que uno será el vice del otro es “too much”.
Si las elecciones provinciales se adelantan, desenganchándose de las nacionales, eso será un dolor de cabeza para el kirchnerismo y Cambiemos, pero un alivio para la “lógica territorial” local. Las chances de Nancy González de ir como vice en una fórmula con Linares o de Santiago Igón de repetir como diputado se angostarían.
Habrá que ver que capacidad real tiene Carlos Linares de ponerle peros a Cristina. Cuanto más se kirchnerice el PJ, más se reduce el margen de maniobra de Ricardo Sastre, por más encuesta que lo avale.
Antimacristas son todos.
Curiosamente nadie nombra en este baile a la cordillera, fiel de la balanza de los regionalismos. Tampoco la palabra mágica “minería”, que es la que se impondrá en esta campaña y tortura la interna de la alianza Cambiemos.
Hacer antimacrismo en la provincia es muy fácil, casi chatón, tiene poco costo y la Casa Rosada está lejos, ni se entera. Pero tener que decirle a los chubutenses cuál es el proyecto de provincia, el modelo productivo que se va a impulsar, ese es otro cantar. Y la campaña 2019 será un karaoke.