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Temen inflación nacional similar a la de Córdoba: 12,5%

Categorías como Enseñanza y servicios como agua y electricidad ayudaron a limitar la suba. Alimentos se desbocó 16,59% en el mes y consultoras registraron una desaceleración en la última semana. Mal augurio para el IPC nacional.

La inflación en Córdoba (IPC-Cba) llegó a los dos dígitos en agosto, al marcar una suba de 12,15%, impulsada por un muy fuerte salto en los alimentos y bebidas, de 16,59%, y en los productos de mantenimiento del Hogar, de 15,45%, mientras que otros componentes como los servicios básicos y la enseñanza evitaron que el nivel general fuera incluso más alto.

Para el agregado nacional, que dará a conocer el Indec el 13 de septiembre, la marca cordobesa adelanta que el deterioro en el nivel de precios puede ser mayor al esperado por el Gobierno. 

Tras la devaluación, el Ministerio de Economía intentó contener el traslado a precios, pero las mediciones privadas se ubican en promedio arriba del 11% mensual, aunque con señales de desaceleración en la última semana del mes.

Eso divide las aguas entre los consultores que estiman que los efectos de segunda vuelta y la nueva velocidad inercial que adquirieron los precios hará que en septiembre ronde el 13%, como Eco Go, y los que esperan que sea ligeramente inferior a la se agosto, aunque también arriba de las dos cifras mensuales, como Ecolatina, C&T, OJF y Equilibra. 

La variación mensual del IPC-Cba en agosto se justificó mayormente por dos capítulos. En primer lugar, el de los alimentos y bebidas, que estuvo «explicado principalmente por los incrementos en los precios medios de carnes y derivados; y de alimentos y bebidas comprados y consumidos en restaurantes/bares», según detalló la Dirección de Estadísticas cordobesa. Y, en segundo, por el del transporte y comunicaciones, que trepó 13,35% en el mes, «debido a las variaciones en los precios de combustibles y lubricantes; compra de automóvil; servicios telefónicos; taxis y remises; y boleto de colectivo».

Los datos de Córdoba mostraron que los precios en su conjunto anotaron una variación interanual del 120%, un salto de 12 puntos respecto de la marca de julio, con los alimentos en 138%. En un mes, la brecha entre ambos se amplió de 9 a 18 puntos con un potencial impacto en las líneas de indigencia y pobreza. En el IPC del Indec la brecha entre ambos en julio era de casi 3 puntos.

En este sentido van las advertencias de los consultores, que ven que la devaluación postelectoral cambió la dinámica de los precios, haciendo a la macroeconomía más frágil y potenciando más el encarecimiento de la comida que el de otros bienes y servicios.

Ecolatina ya ubico la inflación núcleo arriba del 13% en agosto, por la suba del 50% de la carne. «A estos se le sumó Alimentos y Bebidas (13,5%), que venía de hilar tres meses de desaceleración. Al interior, se destacó el alza en Carnes (8,8%), Verduras (15,8%), Pan fresco (12,2%), Comidas para llevar (10,6%) y Huevos (10,5%)», preciso la consultora en función de su relevamiento de precios en el Gran Buenos Aires. 

El fenómeno de aceleración inflacionaria se replicó con intensidades similares en distintos puntos del país. En el extremo sur bonaerense, por caso, el IPC del Centro Regional de Estudios Económicos Bahía Blanca (Creebba) saltó al 10,3%, con 10,8% de inflación núcleo y los alimentos al 10% mensual.

Así y todo, para LCG, la dinámica en la última semana mostró una baja sensible de 4 décimas a 1,9%, la segunda caída consecutiva luego del 4,1% semanal inmediato posterior a las elecciones, hasta promediar 10,1% de aumento respecto de julio (y 12% punta a punta). Casi idéntico fue el derrotero recabado por CESO en su Monitor de Precios de Supermercados, con un pico del 4,9% en la tercera semana de agosto, seguido de dos bajas consecutivas al 2,5% y al 1,8%, lo que llevó al acumulado de 9,4% en el mes.

La consultora explicó: «El arrastre de la segunda quincena resultante del shock que significó el sorpresivo resultado de las PASO, junto con un elevado pass-through del reciente salto discreto del tipo de cambio oficial y la agudización de la incertidumbre que trajo aparejada este cambio de escenario implicarán que la dinámica de aumentos de precios se mantenga elevada e inestable».

Y agregó: «Los riesgos al alza son muchos, teniendo en cuenta una inercia que se consolida en pisos más altos, la inestabilidad que genera la ausencia de anclas, la escasez de divisas, la inexistencia de un plan integral para bajar la inflación, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza del Gobierno para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre que genera el panorama electoral actual».

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