¿Trump se dará la mano con Putin?
Los presidentes de Estados Unidos y Rusia se reunieron en el Palacio Presidencial Helsinki, Finlandia, para intentar reparar las relaciones bilaterales. Intercambiarán posiciones sobre las guerras en Ucrania y Siria, el programa nuclear iraní, la cooperación económica entre ambos países y la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Es la primera cumbre oficial concertada entre Donald Trump y Vladímir Putin. Tres días atrás, la justicia estadounidense presentó una acusación contra los 12 agentes rusos acusados de haber hakeado los correos electrónicos de los demócratas durante la última campaña electoral.
«Ha llegado la hora de hablar detenidamente, tanto de las relaciones bilaterales como de los distintos puntos de tensión en el mundo, y son bastantes, para que les prestemos atención», señaló Putín.
Trump también se mostró optimista con el encuentro y confió en desarrollar una relación «extraordinaria» con su par ruso. «Realmente creo que el mundo quiere que nos llevemos bien», le dijo Trump a Putin al comienzo de su primera cumbre formal.
A pesar de esto, el polémico presidente estadounidense algunas horas antes de la cumbre con Putin manifestó en sus redes sociales que “¡Nuestra relación con Rusia NUNCA ha estado peor debido a muchos años de tonterías y estupideces de Estados Unidos y ahora, la Caza de Brujas Amañada”.
Las relaciones entre Washington y Moscú se deterioraron desde el comienzo de la presidencia de Trump por acusaciones de interferencia rusa en la campaña estadounidense de 2016 y sospechas de colusión entre el equipo del multimillonario y el Kremlin. Rusia siempre negó toda responsabilidad.
En marzo pasado Washington impuso sanciones adicionales contra Moscú, aprobadas a regañadientes por Trump y participó en una inédita ola de expulsiones recíprocas de diplomáticos.
La situación en Ucrania
Estados Unidos acusa a Rusia de apoyar militarmente a los separatistas prorrusos en su conflicto con las fuerzas de Kiev en el este de Ucrania, algo que Moscú desmiente. Washington se negó a suministrar armas a Kiev, pero aprobó en marzo una entrega de misiles en Ucrania, que indignó a Moscú.
Los ataques de EE.UU. y sus aliados contra el régimen de Damasco en abril de 2017 y en abril de 2018, tras los ataques químicos imputados a las fuerzas de Bashar al-Assad, molestaron en Moscú. En febrero, varios mercenarios rusos que combatían con las fuerzas de Al-Assad murieron en los bombardeos que realizó Estados Unidos en Siria.
La decisión unilateral de Trump de salirse del acuerdo nuclear iraní de 2015 e imponer nuevas sanciones fue tomada de muy mala manera en Moscú. Aliado de Irán en Siria, Rusia pidió a los europeos «defender sus intereses» sobre este asunto frente a Estados Unidos.
El inquilino de la Casa Blanca dijo “la Unión Europea es un enemigo por lo que nos hace en el comercio (…) Rusia es un enemigo en ciertos aspectos. China es un enemigo económico, sin duda son un enemigo. Pero eso no quiere decir que sean malos, no significa nada. Significa que son rivales”
A horas de concretarse la cumbre, Donald Tusk -presidente del Consejo Europeo- se dirigió a las otras potencias mundiales en un llamado a evitar «guerras comerciales». Alertó que «es un deber común para Europa y China, pero también para Estados Unidos y Rusia, no destruir este orden mundial, sino mejorarlo, y no iniciar guerras comerciales que tan a menudo desembocaron en conflictos abiertos en nuestra historia».
China y la Unión Europea (UE) acordaron defender el sistema multilateral de comercio y rechazaron las medidas unilaterales impuestas por Estados Unidos.
Fuente: Clarin / La Nación / Página 12