¿USA va a un Senado republicano y una Cámara Demócrata?
Las elecciones de medio término de comienzos del mes próximo se perfilan como las más transcendentales en una generación. Hay mucho en juego para el partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso, pero corre el riesgo de sufrir una posible derrota en la Cámara de Diputados debido a la gran cantidad de miembros salientes y demócratas opositores a Trump que están reactivando la indignación.
Para Trump, hay mucho más en juego. Si pierde en la Cámara de Diputados, los demócratas podrían iniciar investigaciones con facultad para exigir la comparecencia de cualquier cosa, desde las declaraciones impositivas del presidente hasta su supuesto romance con la estrella porno Stormy Daniels. Peor aún, si los demócratas obtienen el control de la Cámara de Diputados, podrían intentar destituir a Trump, sobre todo si Robert Mueller, el asesor especial, presenta un informe condenatorio sobre la vinculación entre la campaña de Trump y Rusia y una posible obstrucción de la justicia por parte del presidente.
Según las encuestas políticas, los demócratas pisan fuerte en la etapa final de la campaña. Charlie Cook, editor del Cook Political Report, señala que el partido que controla la Casa Blanca perdió bancas en la Cámara de Diputados en 35 de las 38 elecciones de medio término desde la guerra civil.
Los demócratas precisan ganar 23 bancas para poder controlar la Cámara.
Según el boletín informativo Cook Political Report, 69 de las 435 elecciones son competitivas ambos partidos tienen posibilidades reales de ganar, mientras que otras 39 podrían serlo. De las 31 bancas de la Cámara de Diputados que el Cook Political Report considera que podrían ser para cualquiera, 29 están actualmente ocupadas por republicanos, mientras que otras 12 revelan una ventaja del partido Demócrata.
Frente a una posible ola demócrata, los republicanos se consuelan con las buenas condiciones económicas, con una baja del nivel de desempleo a 3,7%. En sus actos electorales, Trump declara que habrá una «ola roja» republicana dada la situación de la economía. «Históricamente no suelen tenerse resultados tan buenos en elecciones de medio término», declaró a la revista New York la semana pasada. «Pero esta es una presidencia distinta y esta es la mayor economía de todos los tiempos, así es que hay que comprobarlo».
Sin embargo, los demócratas confían en que se alzarán con la victoria en la Cámara de Diputados, pero la situación económica sea buena y las elecciones de medio término suelen considerarse una forma de calificar los primeros dos años del mandato de un presidente.
Cuando un presidente tiene un índice de aprobación de más de 50%, según los registros históricos, las posibilidades de que su partido pierda en las elecciones de medio término pueden ser limitadas. El índice de Trump ha estado oscilando en poco más de 40%.
El voto femenino y joven
Otro factor que infunde optimismo en los demócratas es la posición de las mujeres votantes. El partido está alineando un número récord de candidatas. Muchas de estas candidatas se postulan en distritos competitivos y reciben la ayuda de sólidas campañas de recaudación de fondos.
Abigail Spanberger, una exagente de la CIA que quiere desbancar a Dave Brat, un republicano que aplastó al líder de la mayoría republicana Eric Cantor en las primarias republicanas de 2014, recaudó una cifra récord de u$s 3,6 millones en el tercer trimestre. Su distrito de Virginia era «sólidamente republicano» hace un año, pero ahora se lo considera «impredecible».
Las candidatas demócratas también están impulsadas por el movimiento #MeToo (#YoTambién). Muchas están enojadas por cómo los republicanos manejaron las acusaciones de acoso sexual contra Brett Kavanaugh, quien actualmente es juez de la Corte Suprema.
Las mujeres ya constituyen una mayoría del electorado y tienen una mayor tendencia a votar que los hombres. Anna Greenberg, socia del grupo de encuestas de opinión pública Greenberg Quinlan Rosner, afirma que el porcentaje de mujeres que dicen que votarían al partido Demócrata había aumentado desde las elecciones de 2016. Agregó que el partido estaba atrayendo cada vez más mujeres con estudios universitarios y de zonas suburbanas.
«Se ve una afluencia masiva de mujeres en el partido Demócrata. La feminización del partido Demócrata parece estar en su apogeo», sostiene Greenberg, y agrega que una de las protestas más grandes de Washington fue la marcha de mujeres contra Trump al día siguiente de su asunción en enero de 2017.
Boyle afirma que el impulso se verá con claridad en los suburbios de Filadelfia donde se esperan que las demócratas ganen al menos tres bancas: un gran cambio en un estado que no tiene legisladoras ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado. Solo 107 de los 535 los miembros del Congreso son mujeres, si bien 78 de estos son demócratas.
En un discurso reciente contra Trump, Barack Obama recordó a los jóvenes que solo uno de cada cinco de ellos había votado en las elecciones de medio término de 2014. «¿Les sorprende que este Congreso no refleje sus valores y prioridades?» sostuvo el expresidente.
Senado rojo
Los demócratas enfrentan un mapa electoral muy difícil, ya que 26 de los 35 senadores que se postulan para la reelección son de su partido, y 10 de estos están en estados en los que Trump ganó en 2016. El Cook Political Report clasifica cinco de estos estados -Florida, Indiana, Misuri, Montana y Dakota del Norte- como elecciones «impredecibles».
Los republicanos tienen una mayoría 51-49 en el Senado, con lo cual los demócratas necesitan dos bancas para ganar. Si bien tienen varios caminos estrechos, deberían mantener sus cinco bancas más vulnerables y ganar dos de las cuatro bancas republicanas «impredecibles» Arizona, Nevada, Tennessee y Texas o una combinación similar.
Si bien durante las últimas semanas Trump hizo campaña por muchos miembros de la Cámara de Diputados, esta semana parece estar cambiando el foco al Senado, con actos electorales en Montana, Arizona y Nevada.
En Montana, el demócrata Jon Tester acaba de perder en las encuestas, lo que da esperanza a los republicanos en un estado en el que Trump obtuvo el 57% de los votos en 2016. En Arizona, donde Trump ganó por un margen estrecho, Martha McSally, la primera piloto de caza que voló en combate, va cabeza a cabeza con la demócrata Kyrsten Sinema. En Nevada, donde ganó Hillary Clinton, el republicano Dean Heller y la demócrata Jacky Rosen están en un empate técnico.
La competencia que suscitó más interés es Texas, donde el republicano Ted Cruz enfrenta una dura prueba contra el exrockero punk Beto ORourke.
Los candidatos republicanos enfrentan sus propios desafíos para lograr que quienes apoyan a Trump vayan a votar.