Abril llegará con aumento en los precios de combustibles
A partir del martes 1° de abril, los precios de la nafta y el gasoil experimentarán una nueva modificación. El Gobierno se encuentra en la fase final de análisis para definir las medidas relacionadas con los impuestos a los combustibles, lo cual influirá de manera variable en los valores de las estaciones de servicio en todo el país.
Desde mediados del año pasado, con el objetivo de mitigar el impacto en la inflación, se alteró el criterio inicial de actualización de estos impuestos. Esto generó una acumulación de saldos que, a menos que se modifique la legislación, implicará incrementos futuros que eventualmente requerirán una decisión definitiva.
El impacto en los precios
La consultora Economía y Energía (E&E) evaluó el efecto de estos retrasos en los cobros, tras la última postergación de la actualización de impuestos establecida en el decreto 146 del 28 de febrero.
Según el análisis de la entidad dirigida por Nicolás Arceo, si se hubiera aplicado el aumento completo, este habría representado un incremento adicional de $213 por litro en el caso de la nafta y de $120,30 en el del gasoil, equivalentes a ajustes del 12,7% y 6,9%, respectivamente.
Además del componente impositivo, los combustibles se ajustan mensualmente según los precios internacionales, que registraron un aumento de cuatro dólares en el barril de Brent durante la segunda mitad de marzo, y la cotización del dólar oficial, que desde febrero redujo su tasa de devaluación mensual del 2% al 1%.
Dos impuestos, cuatro años
Los incrementos en los precios de la nafta y el gasoil que se anuncian a principios de cada mes podrían ser más significativos si el Gobierno decidiera completar la actualización de los impuestos a los Combustibles líquidos y al Dióxido de carbono, los cuales deberían ajustarse trimestralmente en función de la inflación.
El desfase entre las alícuotas aplicadas y las que corresponderían si se trasladara toda la inflación se originó durante la segunda mitad de la presidencia de Alberto Fernández, quien optó por congelar los montos de estos dos impuestos en 2022 y 2023 para evitar un mayor impacto inflacionario.
Este congelamiento se extendió durante diez trimestres. Aunque se comenzó a corregir este retraso en los primeros meses de la presidencia de Javier Milei, desde el segundo semestre de 2024 se adoptó una medida similar a la de su predecesor, postergando nuevamente los incrementos para evitar su efecto en los precios de los combustibles y su repercusión en la economía en general.
Esta decisión generó una acumulación de cargos no cobrados que, a menos que se modifiquen la ley 23.966 y el decreto 501/2018, deberán ser actualizados en enero, abril, julio y octubre de cada año.
