Arcioni y Maderna, claves para 2023
Por Santiago Costa
El Frente de Todos revela nuevas contradicciones en su camino a 2023 y a la sociedad de Juan Pablo Luque y Ricardo Sastre le surgen nuevos obstáculos.
Frente Alta
El primero es que Mariano Arcioni quiere ser diputado nacional. Al gobernador ya no le interesaría provincializar las elecciones -como quieren Luque y Sastre, para quitarle el apoyo del candidato presidencial de Juntos por el Cambio a Nacho Torres-, sino atar su destino a los candidatos del Frente de Todos a los municipios, la provincia y la nación.
Ahora con más recursos económicos, Mariano Arcioni busca gestionar en dos años lo que no pudo en seis. Recorridas por el interior, licitaciones e inauguraciones son su fórmula para intentar revertir su elevada imagen negativa. Busca quitarle peso al argumento de que sería una «mochila de plomo» electoral, con el que Luque y Sastre pueden excluirlo de la candidatura a la diputación.
La otra herramienta con la que cuenta es el Frente Renovador, que ya tiene personería (y la posibilidad de la adhesión a una candidatura nacional) y a un grupo de intendentes que jugarán su destino allí. Negociar espacios en listas de concejales y en la legislativa es otra moneda de intercambio y presión.
Además de la fecha de las elecciones, que debe convocar seis meses antes (o sea que el límite para adelantarlas es en agosto), sigue en danza eliminar las PASO y la derogación de la ley que limita la reelección de los intendentes. Pero eso se define en la Legislatura, donde la incidencia de Arcioni es menor.
Fuga hacia adelante
Adrián Maderna se prepara para la política electoral, que es su fuerte. La consigna parece ser una vez más «que florezcan mil flores», o sea, que todo aquel que quiera ser candidato, junte apoyos y dispute la interna.
Leila Lloyd Jones, Lorena Alcalá y Claudio Paredes ya animan la interna, donde puede aparecer alguno más. Hay tres condiciones necesarias para un posible éxito.
La primera es que la interna no se descontrole, algo que ya se vio varias veces en el madernismo, con denuncias públicas y agresiones físicas incluidas.
La segunda es lograr un acuerdo que integre en ese esquema, en esa competencia interna, al mackarthysmo, sea la candidata Florencia Papaiani o Leandro Espinosa. Un acuerdo «del peronismo de Trelew» para retener la ciudad y que el que gane represente al conjunto, con el abismo como opción.
El tercer factor, que impacta de lleno en el segundo, es si Adrián Maderna adelanta las elecciones municipales, «desenganchándolas» de las nacionales y las provinciales.
En ese escenario, la elección se municipaliza al punto de ser casi una disputa entre vecinales. Sin Nacho Torres en la boleta, quien sea candidato del PRO al municipio se desvanece.
Las otras opciones peronistas, sean el mackartysmo o Emanuel Coliñir (a quien apoya el gobierno provincial y el tándem Héctor González -Jorge Bestene), son más débiles que el madernismo en un mano a mano territorial, en una elección sin ballotage que se gana por un voto.
Si Adrián Maderna retiene Trelew, puede negociar desde un lugar de fortaleza (que hoy no tiene) frente a Luque y Sastre las condiciones para la elección provincial (y también con el gobierno nacional para las nacionales).
En ese escenario óptimo Maderna buscaría la diputación nacional. ¿Llegaremos a ver una elección con Arcioni y Maderna disputando la diputación nacional en una interna del Frente de Todos?