Barricada justicialista en la Legislatura
Con el contundente peso del decreto de adelantamiento electoral, el PJ en sus mil variantes siente la presión y responde con actos reflejo, automáticos, a la coyuntura que lo desafía y se enfocan en una batalla legislativa sobre la potestad legal o no del ejecutivo provincial para desdoblar elecciones. Algo que pareciera poco serio a la luz de la historia provincial y también de las demás provincias, todas con la potestad, que ejercen, de desdoblar elecciones.
Así y de acuerdo con el cronograma 2019 que maneja la mesa política del Ministerio del Interior, habrá una elección a gobernador en marzo (Catamarca), dos en abril (Entre Ríos y Neuquén), cinco en mayo (Córdoba, Misiones, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego) y nueve en junio (Mendoza, Chaco, San Juan, Santa Fe, San Luis, Tucumán, La Pampa, Río Negro y Santa Cruz).
Sin embargo, los legisladores justicialistas chubutenses pondrán su energía en mantener unidas las elecciones primarias y generales provinciales con las nacionales. Lo harán por principios republicanos por supuesto y para ganar tiempo para ordenar el propio espacio, también.
El debate sería interesante si no tuviera un trasfondo rasante. Primero por nunca «acordarse» de tema tan serio en época que no sea electoral, como requieren las cosas importantes, para trabajar tranquilos y sin especulaciones.
Segundo porque la ley, en caso de conseguir los votos, queda a simple tiro de veto. Es harto improbable que la iniciativa consiga una mayoría de dieciocho votos para perforar un veto, aún con los tres votos de Cambiemos.
Acerca del requisito de confeccionar los padrones actualizados -donde faltarían jóvenes y sobrarían muertos- como esgrime el justicialismo y Cambiemos, la Justicia Electoral dijo que podrían estar listos en abril (no en agosto, como aseguró Blas Meza Evans), pero incluso la ley habilita a votar con los padrones de la última elección nacional, o sea los de 2017.
De llegar al reciento el anteproyecto de ley, contaría con el rechazo del bloque Chusoto (7+1), Convergencia (2), Viviana Navarro y Carlos Gómez y tal vez los de Frente de Agrupaciones Peronistas (3). Sumarían 15.
Por el sí están los tres votos de Cambiemos y los justicialistas Alejandra Marcilla, José Grazzini, Gabriela Dufour, Blas Meza Evans, Javier Touriñan, David Gonzalez, Gustavo Fita. Si Cecilia Torres votara que sí, sumarían 11.
Con Carlos Linares no queriendo ser y Ricardo Sastre y Adrián Maderna en firme alianza con Mariano Arcioni, el justicialismo sigue sin lograr la iniciativa y se empantana en movimientos reactivos. Lo que el PJ pareciera no entender, es que a la hora de impedir que Cambiemos sea gobierno en Chubut, los peronistas -incluyendo a los dasnevistas- priorizarán con su voto a la fuerza que tenga más chances de derrotarlo, aún incluso si ese es Arcioni.
