¿Cuánto permitirá ahorrar el Gasoducto Néstor Kirchner en un año?
De acuerdo a un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) esta obra:
«No solo permitiría suplir el declino de la producción convencional, sino también revertir la balanza comercial energética: pasar de un escenario de importación al autoabastecimiento y capacidad exportadora«.
Según los cálculos de CEPA se podrá:
«Dejar de importar gas y combustibles alternativos para la generación eléctrica, y ahorrar en un año completo entre USD4.000 y USD4.300 millones«.
Estos números representan alrededor del 50% de los USD8.700 millones que ya se estaban pagando por la importación de GNL.
«Con este gasoducto vamos a ahorrar el 50%, unos USD4.200 millones de dólares menos de los USD8.700 millones que estamos pagando, con lo cual nos quedan más de USD4.000 millones de balanza negativa. Ninguna empresa estatal provocó la balanza negativa», calculó Fernández de Kirchner durante su discurso en la inauguración del GPNK.
Una vía para la entrada de dólares
Cristina Kirchner y Sergio Massa señalaron que la puesta en marcha del gasoducto es la «coronación» de un proceso que empezó con la reestatización de YPF en 2012.
También señalaron que parte del financiamiento de la obra salió del aporte solidario a las grandes fortunas aprobado por el Congreso en 2020.
Una vez cubierta la demanda interna de gas para los hogares y la industria con el fin de la importación, el paso siguiente será la exportación de gas a los países limítrofes.
El CEPA estimó «un ingreso potencial de divisas de más de USD37.500 millones al año«. Informó BAEnegocios.
Sergio Massa remarcó que en diciembre de 2022 el Fondo Monetario Internacional (FMI) «pedía que se parara la construcción del gasoducto«, mientras Nación aguarda por el cierre de un nuevo acuerdo que les permita acceder a nuevos desembolsos.
La inversión de USD 2.524 millones realizada para construir el GPNK representó un incremento del 0,4% del PBI argentino en 2022 y un 1,2% del Producto Bruto Geográfico conjunto de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, según un estudio elaborado por Enarca y la facultad de Ciencias Sociales de la UBA.