Huelga de amores en Chubut
Por Santiago Costa
Sangre, sudor y huelga
Chubut vive esta huelga general nacional -la tercera en la era macrista- con una naturalidad profunda. La paz social se perdió hace largos meses, los gremios del sector público vienen escalando sus medidas de fuerza y los gremios privados se adhirieron al paro general hasta en solicitadas. Hay clima.
En lo que va del 2018 el costo de vida aumentó por la inflación más del 27% y aún no puede medirse con precisión cuánto impactará –que sin duda lo hará desde el precio de las tarifas hasta los precios de los alimentos exportables- la corrida bancaria que desembocó en una devaluación del 36%.
Volaron por el aire el tipo de cambio y la meta de inflación fijados por el gobierno en el presupuesto 2018 y el paro general busca que vuele también el techo invisible del 15% que el gobierno impuso a las paritarias.
El sindicato de Camioneros firmó un 25% y marcó el camino. Lo siguieron las cláusulas gatillo -atadas a la inflación-, activadas por sindicatos como el bancario. En ese marco, las paritarias firmadas por gremios como Petroleros (15%), Luz y Fuerza (12%), Comercio (15%) y UOCRA (15%) quedaron ridiculizadas.
La devaluación hará volver a la pobreza a los dos millones setecientos mil ciudadanos que la habían abandonado desde 2016. La tendencia se revirtió. Hoy hay mil desocupados más en Comodoro que en 2017 y dos mil más en el conglomerado Trelew-Rawson, que lidera el ranking de desocupación nacional con un 12%.
Con una industria textil en crisis terminal por la apertura de importaciones y los elevados costos, el comercio aporta cuatro de cada diez nuevos desocupados. La demanda de ayuda alimentaria subió 60% en Trelew y la garrafa social 80% en Rawson. En total son 12 mil trabajadores desocupados en el Valle.
A su vez los aumentos nacionales del costo de la energía -que ponen siempre a las cooperativas en el dilema de fundirse o desatar un conflicto social al trasladar los aumentos- no es la única variable nacional en juego.
El parate de la obra pública nacional -sumada a la provincial- es un cóctel explosivo en manos de una UOCRA que ya está en conflicto por casi dos mil desocupados en Esquel que no cobran subsidio. También en Comodoro hubo movilizaciones por los 1400 desocupados, que una intendencia con espalda aspira a contener mediante obra pública municipal.
Puerto Madryn logra mediante emprendimientos privados como los parques eólicos y también la pesca -embarcándose o en planta- mantener a esos trabajadores migrando dentro del mercado laboral. Pero las interrupciones en obras públicas viales o de envergadura como el Hospital de Trelew son un boomerang social.
Miseria política, miseria social.
La caída en el consumo a nivel nacional – que impacta en la recaudación de impuestos provinciales- se vio reflejada en la caída interanual del 14% en ventas de los supermercados y un 40% del comercio en general de Chubut, situación agravada por el pago escalonado a los empleados públicos provinciales.
Ante una probable renegociación paritaria global del sector privado, el trastorno de las finanzas provinciales -por un gasto público acorde a precios del petroleo que jamás se repitieron y financiado por años con deuda- otorga una lógica específica a la paritaria del sector público provincial.
El precio del petróleo en alza hace varios meses -al igual que el del langostino y el del aluminio-, combinado con aumentos en la producción y la devaluación, generan mayores regalías. Pero la devaluación también aumenta la deuda en dólares de la provincia, que se descuenta automáticamente de las regalías que la garantizan ¿Suma cero?
¿Qué se puede esperar de esta huelga general? En lo inmediato, nada.
Pero en la carrera de fondo del desgaste político, tal vez logre transmitir convicción a los gobernadores y la oposición en el Congreso, para que juntos modifiquen la correlación de fuerzas política e impidan, por ejemplo, la ratificación legislativa del acuerdo con el FMI.
Esta huelga general puede ser el inicio en la construcción de un escenario 2019 que desemboque en un tobogán electoral para el gobierno. O no.
