Javad Zarif renunció como vicepresidente de Irán
Mohammad Javad Zarif renunció a su cargo como vicepresidente para asuntos estratégicos de Irán, apenas diez días después de asumir el puesto. También dejó su función como jefe del Centro de Estudios Estratégicos, según informó la agencia de noticias Xinhua.
En una publicación en la plataforma X, Zarif expresó que «no estaba satisfecho con el resultado de su trabajo» en el consejo directivo encargado de seleccionar a los miembros del Gabinete de la nueva administración iraní.
En un mensaje posterior, Zarif aclaró que su declaración anterior «no fue una señal de arrepentimiento o decepción con Pezeshkian», sino una manifestación de sus dudas sobre su «utilidad» en el cargo. Dijo estar decepcionado por la continuidad de funcionarios conservadores leales al difunto Ebrahim Raisi.
A pesar de su renuncia, reafirmó su apoyo a Pezeshkian y pidió al pueblo iraní que continúe respaldando al nuevo presidente y su administración.
El ex canciller, negociador del acuerdo nuclear de 2015, era un aliado clave del nuevo presidente. Zarif era la figura de un Irán más abierto por el que Pezeshkian se comprometió a luchar durante su campaña.
En este contexto, Estados Unidos se encuentra en negociaciones urgentes para prevenir un posible ataque de Irán contra Israel. Esta situación surge tras el asesinato del líder militar de Hezbollah, Fuad Shuk, en Beirut el 30 de julio, un acto atribuido a Israel.
Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, advirtió que este asesinato marca «una nueva etapa del conflicto» y que la organización responderá «inevitablemente» a la agresión israelí.
Estados Unidos ha interceptado planes iraníes para atacar no solo la Franja de Gaza, sino también Tel Aviv, coincidiendo con la conmemoración de Tishá B’Av, un día de luto por la destrucción de los templos.
La inteligencia israelí está al tanto de estos posibles movimientos, pero son los Estados Unidos quienes están llevando a cabo negociaciones para evitar que se materialicen, ya que un ataque podría precipitar una Tercera Guerra Mundial, con las principales potencias globales tomando partido.
Rusia, China, Corea del Norte y varios países árabes, excepto Jordania y Egipto, se alinearían con Irán, mientras que la OTAN y otras potencias occidentales se posicionarían del lado israelí. La posición de Turquía es incierta, dado su vínculo con la OTAN y su apoyo a la causa palestina, junto a su relación con los BRICS, que respaldan a Irán.
En las próximas horas se determinará si los esfuerzos de Estados Unidos para frenar la escalada del conflicto tendrán éxito o si se trata de un intento insuficiente.