La pirámide social y las cinco Argentinas.
La reciente corrida cambiaria puso a la sociedad y a las empresad frente a frente: la lógica del consumo masivo cambió. La sociedad ya no convalida cualquier precio y prioriza el ahorro sobre el confort.
En 2016, las ventas de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza se contrajeron un 4%, medidas en unidades. En 2017, un 1%. Y en el primer trimestre de 2018, continúan con una contracción moderada, del 1%, según Kantar Worldpanel.
En 2017 se reforzó la actitud austera tomada por los argentinos en 2016, cuando el retorno del crédito los llevó ya no por necesidad sino por deseo, a reincorporar el ahorro dentro de su menú de opciones. Es lógico suponer que en este nuevo 2018 poscrisis cambiaria, si vamos a una economía más cara y con menor nivel de actividad, ahora estarán en «modo austero recargado».
Pensar que un salto en el precio del dólar de $20,50 a $25 (+22%) no tendrá afectación alguna sería tan ingenuo como suponer que cambiará absolutamente todo.
Los consumidores argenitnos están dispuestos a perder confort o ceder estatus a cambio de ganar ahorro. Más allá de lo que pudiera suceder en otras instancias o ámbitos, será la gente la que le pondrá un límite a la suba de precios.
Las empresas deberán buscar una estrategia
Es una obviedad que las empresas deben tener rentabilidad para ser sustentables y generar empleo. Lo que no es tan obvio es de qué manera alcanzarla.
Algunas elegirán asegurar la utilidad, aun a costa de perder volumen y participación de mercado. El límite: optimización de costos de producción y deterioro del vínculo con sus consumidores. Otras priorizarán el volumen para ganar la preferencia de estos consumidores atentos, cautelosos y ahorrativos cediendo algo de margen. También tienen un límite: la caja. Otras harán una articulación de ambas estrategias. Su límite: la precisión en la ejecución. Las estrategias serán múltiples. El mercado hablará.
Cinco Argentinas
En Argentina actualmente conviven al menos cinco países en uno: la clase alta, la clase media alta, la clase media baja, la clase baja superior y la clase baja inferior -ciudadanos bajo la línea de la pobreza-. En Consultora W hemos actualizado la pirámide de clases sociales e ingresos de los hogares a valores de 2018.
El país de la clase alta, que están lejos de ser «los ricos», representa el 5% de los hogares y tienen un ingreso promedio familiar mensual neto de $215.000. Un 50% de los hogares pertenece a la clase baja. Y allí hay otra división nítida. La clase baja superior, que no está bajo la línea de pobreza y cuyos ingresos familiares mensuales promedio son $18.000, agrupa a un 33% de las familias, y la clase baja inferior, que sí está bajo línea de pobreza, al 17% de los hogares, cuyos ingresos por hogar son de $8400 por mes. La brecha de ingresos entre el techo y la base de la pirámide social es de 25,5 veces.
El último consenso de economistas y bancos, publicado por Latinfocus en mayo, prevé un crecimiento de 2,3% para este año, no de cero. Algunos economistas son menos optimistas y ubican sus proyecciones en 1,5%. Es en esta interacción de tiempo y espacio donde los actores tendrán que tomar sus decisiones.
Fuente: La Nación