Las cuatro claves del escenario electoral de Chubut ¿Todos adelantados?
Por Santiago Costa
Adrián Maderna anunció que Trelew adelantará su elección a intendente al 16 de abril, para que nadie “se cuelgue” de ninguna boleta. Lo curioso es que Mario Das Neves en 2015 y Mariano Arcioni en 2019 sacaron más votos que él en Trelew. ¿Quién ganó colgado?
Primera clave: adelanta Trelew ¿Adelanta Provincia?
A principios de 2022 Mariano Arcioni decía públicamente que prefería que las elecciones provinciales fueran desdobladas de las nacionales. A fines de 2022, que sean unificadas. Pero ahora él también podría adelantarlas al 16 de abril. ¿Por qué?
Esa fecha presenta dos ventajas. La primera es que ese domingo también votarán gobernador las provincias de Neuquén y Río Negro y eso “disimularía” la elección de Chubut en la opinión pública nacional. ¿Cómo esconder un elefante? En una manada de elefantes.
Pero además sería la vendetta final de Arcioni contra Maderna, que dejaría sin efecto el adelantamiento en Trelew. Carlos Linares deslizó que desde Trelew le dieron a entender que si sucede eso adelantarían “aún más” las elecciones locales.
Luque y Sastre quieren adelantar las elecciones porque están convencidos de que el oficialismo perderá las elecciones nacionales (y por eso Biss deja las de Rawson unificadas con las nacionales). Además lograrían neutralizar el «efecto Milei», toda una incógnita en Chubut.
¿Están finalmente dispuestos a garantizarle al gobernador la diputación nacional?
Segunda clave: «el problema son los plazos»
Desde la UCR y el PJ insisten en que la feria judicial demora la confección de los padrones necesarios para una interna abierta (esto es: elaborar un padrón de “independientes” filtrando a los afiliados a otros partidos).
En el caso de Trelew, el Tribunal Electoral local cuenta con la muy reciente experiencia de las elecciones de Juntas Vecinales (que algunos objetan, pero salió bastante bien).
Lo que en el PJ parece una discusión de dirigentes (Luque y Sastre quieren abiertas, Linares y Arrechea y Exequiel Villagra cerradas), en Juntos por el Cambio es un tema decisivo.
Damián Biss, presidente de la UCR y Oscar Petersen, presidente del Polo Social, repiten que por la feria judicial no “se llega con los plazos” y dejaron ver su agrado a unas internas cerradas (esto es: los afiliados de los partidos que conforman la alianza).
Incluso desoyendo la directiva nacional de Juntos por el Cambio, que es explícita: que en las provincias donde no haya PASO haya internas abiertas.
El tridente Damián Biss- Iván Pagliaroni- Dulio Monti incluso deslizó la posibilidad de una “interna previa” en la UCR para luego ir a las internas de Juntos por el Cambio.
Lo dijo el legislador radical Manuel Pagliaroni (@ivantrelew) a Azul Media. Sería «para luego competir con los otros partidos que conforman el frente. La unidad es el vehículo que necesitamos para ser exitosos en la provincia y en cada una de las ciudades, como Trelew y Comodoro» pic.twitter.com/FADfKrtdnf
— Atento Chubut (@AtentoChubut) January 4, 2023
Sobre esto se definirá la UCR el 14 de enero. El método de elección de candidatos puede perjudicar al senador Nacho Torres, que se apoya más en el voto independiente.
Tercera clave: ¿quién encabeza?
En el PJ la discusión es “quién encabeza”, lo que por ahora es un callejón sin salida. El sastrismo no afloja y muestra vocación de poder. Desde Comodoro confían en que las mediciones de imagen e intención de voto, donde Luque sacaría mucha ventaja, se impondrán.
Pero aparte de las encuestas; la sumatoria de dirigentes territoriales aliados en el interior; de los sindicatos; y el apoyo (o neutralidad) de la Casa Rosada, está el tema clave de la sucesión en los municipios de los candidatos.
Ricardo Sastre jamás daría el salto a la gobernación sin tener asegurado retener la intendencia de Madryn. El sastrismo tiene la gran ventaja de contar con hermanos mellizos y eso conjura dos peligros: la “traición” del sucesor y la interna.
Juan Pablo Luque en Comodoro y Damián Biss en Rawson, no tienen esa misma suerte y ese es su talón de Aquiles.
Cuarta clave: dilema sucesorio y guerra de vices
Luque rompió una “tradición”, una regla no escrita del peronismo comodorense de los últimos doce años, que reza: “quien va de vice es el próximo intendente”. A Néstor Di Pierro lo sucedió su vice y a Carlos Linares también (aunque Luque tuvo que ganar una interna, que ahora impide).
Luque privilegia a “su grupo”, del que evidentemente está excluido su viceintendente Othar Macharashvili (que al menos públicamente no fue el que arrojó la primera piedra).

Primero promocionó a su secretario de Finanzas, Germán Issa Pfister, que por suerte para él descubrió más bien pronto que tarde que no tenía la vocación.
Luego ocupó su lugar, como “plan b”, el Secretario de Gobierno Maximiliano Sampaoli. Lo que le falta en carisma, el funcionario lo compensa presidiendo entregas de viviendas y actos oficiales a los que el intendente convenientemente falta para cederle el foco de atención. Jugada de manual.
Macharashvilli, que hace meses venía padeciendo el bullying de que protocolo y ceremonial siempre pierda su silla en los actos, vio una oportunidad.
Convencido de que Luque quiere “proscribirlo” de la competencia interna por la sucesión (que según las encuestas, ganaría), entabló conversaciones con Ricardo Sastre, para quien sería una “cabeza de playa” ideal para hace pie en Comodoro (a lo que también se sumó el líder camionero Jorge Taboada). Othar incluso declaró que está 80% inclinado a ir por fuera del PJ.
Si bien es verdad que es Othar el que busca a Sastre y no al revés, se insinúa un movimiento espejo cuando el luquismo busca cerrar como compañera de fórmula a la vice intendenta de Madryn, Noelia Corvalán.

Es notorio que Corvalán “quedó afuera” del sastrismo porque perdió la confianza política de Ricardo Sastre (como antes la perdió Eugenia Alianello, que incluso se mudó de Madryn). Corvalán ya dijo públicamente que no repetirá y Gustavo Sastre incluso anunció la candidata a sucederla (Milagros Badaloni).
La interesante acumulación de intendentes y dirigentes del interior, sindicalistas, empresarios y esta “amenaza cruzada” con sus vices, configura una interna competitiva y vital para el peronismo. Una interna que tanto Luque como Sastre se niegan a dar.