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Maria Eugenia Vidal y su laberinto electoral 2019

Es extraño como suceden las cosas. En el preciso momento que las mujeres argentinas se pusieron a la vanguardia del movimiento global del nuevo feminismo, son dos políticas las que tienen en sus manos el futuro del país. Los hombres deberán esperar su decisión.

María Eugenia Vidal enfrenta el momento cero de su identidad política. Hasta aquí ha demostrado un coraje para la pelea interna -que siempre es la más difícil- que excede por varios cuerpos a los machos alfa del Cambiemos. Todos la miran. ¿Se animará a desdoblar? Su decisión impacta como un misil en las otras dos figuras centrales de la política argentina: Cristina Kirchner y Mauricio Macri. La observan, presionan y hacen sus cálculos. Lo que decida Vidal es la bandera de largada real de la campaña presidencial 2019. Cambia todo.

Las opciones son arduas: Desdoblar es romper con Macri, no hacerlo es arriesgarse a perder la provincia y sepultar su fulgurante carrera. Todo los matices que se esgriman son tan atendibles como irrelevantes en el momento de la decisión. La política es fascinante porque crea estos momentos de puro drama, de definición cruel. Y no se pueden evadir ni minimizar. La historia elige sus encrucijadas y frente a esto: Respeto.

Cristina tiene en sus manos una decisión de equiparable magnitud. Si es candidata le ofrece a Macri la ventana para su reelección y si no lo es, siempre le quedará la incógnita sino estaba para ganar. Ser la dueña de la porción más grande de votos en el peronismo y no aprovechar esa fortaleza es un movimiento que contradice cada célula del ADN del movimiento que integra.

El manual de primer grado de la política indica que Vidal no va a desdoblar la elección. Pero la Argentina es una fábrica de sorpresas.

Se supone que romper con el gobierno nacional no es una opción en una provincia que ha regresado a un déficit estructural de al menos 20 mil millones, por ser buenos. Vidal estuvo más cerca que muchos de sus antecesores de la independencia económica, pero la Casa Rosada un poco por necesidad y bastante más por cálculo, le cargo la parte del león del ajuste. Y ahí empezó la novela del desdoblamiento, que no es otra cosa que la expresión pública de la amargura que le causó la falta de reconocimiento por parte de su líder del esfuerzo realizado.

«Nada alcanza, hacemos todo bien y hay que empezar de nuevo», fueron algunas de las frases que dejo caer Vidal cuando se enteró que su sueño del equilibrio fiscal bonaerense iba a ser sacrificado en la búsqueda del mismo objetivo, pero en la Nación. El malestar con Macri es comprensible, pero acaso la decisión incluya un porcentaje que lo excede. Cortar los subsidios en el principal bastión electoral de Cambiemos, es un símbolo de ecuanimidad política que acaso se entienda mejor si se lo mira como el primer síntoma de la entrega del tablero de control de la macroeconomía al FMI.

Por eso, se supone que Vidal no cuenta con margen real para desdoblar contra la opinión de Macri y Marcos Peña. Lo que acaso puede intentar es «convencerlos» de su utilidad, para herir de muerte la candidatura presidencial de Cristina Kirchner, provocándole una derrota estratégica a semanas de la presidencial. Un argumento que llevado al extremo puede espantar en vez de entusiasmar a la Casa Rosada: ¿Y si Cristina queda tan debilitada que decide no competir? ¿Adiós a la polarización?

Y sin embargo, en la provincia el desdoblamiento avanza. La comisión multipartidaria creada para analizarlo ya tiene redactado su dictamen apoyándolo. La justicia provincial anticipó que es legal y no lo bloqueará. ¿De qué se tratan estos aprestos, solo posibles con el visto bueno de la gobernadora? ¿Es una demostración de fuerza para llegar en mejores condiciones a la negociación con Macri de febrero o es el inicio institucional de una decisión política ya resuelta?

Sólo con haber logrado instalar esos interrogantes Vidal ganó centralidad politica. Lo hizo con audacia, pero también con la astucia suficiente para evitar decisiones irreversibles.

Macri en la cumbre que tuvo en Cumelen con los otros machos alfa de Cambiemos, Larreta, Cornejo y Morales, no puso evitar el tema. De hecho, fue EL tema de la reunión. Ella, estuvo con su ausencia más presente que si la hubieran invitado. Porque es la variable suelta del diseño electoral. «María Eugenia no va a hacer nada que contradiga la estrategia nacional y lo que decidamos en esta mesa», dijo Macri.

Columna publicada por Ignacio Fidanza en La Política Online.

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