Massoni, los cantos de la Infantería, los indignados y lo concreto
Una vez más la policía de Chubut fue noticia nacional y Federico Massoni protagonizó una polémica con tonos electorales.
Los hechos
En los últimos días se publicó en la cuenta de Facebook oficial de la Policía de Chubut un entrenamiento de los cadetes de la guardia de Infantería donde cantan “piquetero, piquetero, ten cuidado, ten cuidado, en una noche muy oscura, a tu villa entraré”.
El canto asocia directamente al piquetero con un delincuente y estigmatiza a la villa (y sus habitantes) como hogar de la delincuencia. Pero lo más chocante fue la reminiscencia con el modus operandi de los Grupos de Tareas de la dictadura: “en una noche muy oscura”.
Los responsables y las víctimas
Según el Jefe de Policía Miguel Gómez -que incluso defendió la situación en la FM más escuchada de la capital federal– el canto fue apena la ocurrencia de un cadete y no expresa la doctrina de la fuerza.
El Jefe de la Guardia de Infantería de Chubut, comisario Javier Lefipan, declaró que él grabó el video desde su celular y ordenó publicarlo en redes sociales para mostrarle a la familia de los cadetes aislados su estado de ánimo.
Hasta ahí los dos “responsables” del video.
Pero Lefipan además se victimizó cuando dijo «duele porque nunca vi que nadie ponga tanto énfasis cuando a nosotros nos insultan, nos escupen, nos apedrean«.
El gobernador Mariano Arcioni también eligió victimizarse . Para él la viralización del video fue “un hecho de campaña” y una “calumnia”.
Los justificadores
El Jefe de Policía Miguel Gómez reafirmó que para él cortar la ruta es un delito pero que el piquetero no es el “enemigo” de la policía.
Para Gómez “ni el ministerio, ni la jefatura, entienden que los habitantes de las villas (que en Chubut no hay) no son delincuentes”. También recordó “tenemos la materia Derechos Humanos en todos los institutos de formación”
El ministro de Seguridad Federico Massoni, en cambio, prefirió dar un paso más y decir que “el piquetero es un delincuente”.
Los indignados
Legalmente, el canto de la policía no es un delito sino un acto de discriminación. El comunicado del Ministerio de la Defensa Pública de la Provincia del Chubut no tuvo ningún tipo de consecuencia concreta.
Por eso intervino de oficio el INADI, que dictará un taller para todos los agentes y que será obligatorio.
A su vez el secretario de Articulación Federal de la Seguridad del ministerio de Seguridad de la Nación, Gabriel Fuks, le envió una carta al gobernador Mariano Arcioni. Luego de quejarse y amonestarlo, se limitó a “poner a disposición” el equipo de la Subsecretaría de Formación y Carrera.
La que no apareció fue la Subsecretaria de Derechos Humanos de Chubut, Carla Gabriela Sánchez Galindo, que a esta altura debería renunciar.
La demagogia electoral
Federico Massoni aprovechó la situación para polemizar con la ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic. La ministra lleva las de perder en este tipo de polémicas -que suele mantener con el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni– porque es percibida como ineficaz en situaciones como la toma de tierras en Villa Mascardi.
El ministro-candidato Massoni eligió enrostrarle públicamente esa situación particular y la lucha contra el narcotráfico, en el que la policía provincial no tiene jurisdicción por ser un delito federal.
Lo cierto es que este grave hecho quedará apenas en otra polémica. Ni el INADI, ni la Defensoría, ni el ministerio de Seguridad de la Nación tienen el poder de sancionar al comisario Javier Lefipan, Jefe de la Guardia de Infantería de Chubut y principal responsable de la situación.
Los cursos y capacitaciones no tienen el poder de persuasión de una sanción que perjudique un posible acenso. Ni la fuerza del “caso” ejemplificador. Perro viejo no aprende trucos nuevos.
Cuando la cultura o usos y costumbres de la “fuerza” incentiva, premia o tolera con impunidad situaciones de este tipo, no hay capacitación que cambie la perspectiva a un cadete.
Si el gobernador Mariano Arcioni, el ministro de Seguridad Federico Massoni y el Jefe de Policía Miguel Gómez, o sea los principales responsables en la cadena de mando, toleran y justifican la situación, el mensaje es claro.
El verdadero problema no es hoy. Esto es el huevo de la serpiente y se pagará en unos años cuando los suboficiales que hoy tienen entre treinta y cuarenta ocupen posiciones de mando en la jefatura de la fuerza.
Si no hay resortes institucionales que permitan sancionar estas actitudes por fuera de la voluntad del tridente Arcioni-Massoni-Gómez, queda en la responsabilidad de la dirigencia política -sobre todo de los legisladores-denunciar este hecho y poner presión en la opinión pública para que fuerce al Ejecutivo a sancionar a Lefipan.
Y en los votantes de Chubut, que deberán castigar en las urnas a Federico Massoni por este tipo de hechos. O aceptar su cuota de responsabilidad. Lo cierto es que salvo el cruce con los veteranos de Malvinas o la «paritaria salarial» de la Policía, nada para parece hacer mella en el ministro Massoni. Nada ni nadie logra «desangelarlo».