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Una oportunidad única: Boleta Única de Papel

Por Federico Puratich Desuk

Es inminente la llegada a la Legislatura de un proyecto de Régimen Electoral y finalmente Chubut dejaría de ser la única provincia patagónica sin ley propia regule los procesos electorales. ¿Se construyó por fin un consenso dentro de la dirigencia política chubutense para dar un paso hacia adelante en materia electoral?

La estrella del nuevo proyecto es, sin lugar a dudas, la tan reclamada Boleta Única de Papel (BUP). Las diferentes fuerzas políticas de la provincia parecen confluir en este punto, lo que no debería asombrar. Ciertamente es un sistema más práctico, más barato y más transparente que intenta superar las aulas empapeladas con una multitud de boletas partidarias de diferentes colores y tamaños, como pudo verse en las caóticas elecciones de 2015.

La BUP es la solución que ha adoptado el mundo en cada lugar en el que las exigencias de la democracia actúan. Se trata de una única boleta por elector, en la que el votante debe marcar el casillero correspondiente al candidato (o los candidatos) que desea votar para cada categoría.

Simple, sencillo, transparente y elimina la necesidad de imprimir tres padrones enteros por partido en cada turno electoral. 

Otro aspecto interesante de esta “epifanía política” que consagró a las diferentes fuerzas es su aplicabilidad en nuestra provincia.

En el pasado se han intentado presentar proyectos que impulsaban el voto electrónico, basta recordar la visita del Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que en 2016 presentó en Chubut junto al gobernador Mario Das Neves su sistema de boleta única electrónica.

Siempre es bueno recordar algunos de los problemas que traen los medios electrónicos en los actos electorales. Países con mayor tradición democrática adoptaron en su momento este medio y lo abandonaron hace más de una década debido a la vulnerabilidad en el secreto del voto y la imposibilidad de fiscalizar la transparencia del proceso.

La boleta única en papel significaría un avance -y un alivio- pero no es lo único planteado en el nuevo Proyecto que esperan que aplique para las elecciones de 2023.

Entre otras novedades, el proyecto de ley plantea también fijar la fecha de las elecciones provinciales para “el último domingo del mes de septiembre inmediato anterior a la finalización de los mandatos». De esta manera el desdoblamiento con los comicios nacionales se oficializaría por ley para no mezclar los dos sistemas de votación diferentes, poniendo fin a esa permanente discusión.

Otro punto a destacar del proyecto es la caracterización que da al sufragio en su artículo cuarto “es universal, obligatorio, directo, igual, secreto, libre, personal e intransferible“. Lo novedoso aquí es la referencia a lo intransferible del voto, en alusión a la imposibilidad de normas posteriores con sistemas de lemas. En la misma línea también se prohíben las famosas “listas colectoras”, que permiten que un candidato a un cargo, como a gobernador, figure en más de una boleta de votación (con una lista de legisladores de otro partido, por ejemplo).

Plasmar en un proyecto y lograr los consensos para avanzar no suele ser fácil, pero parece que la coyuntura política actual, las exigencias del panorama y lo plural del sistema partidario de la provincia han generado una propuesta superadora. Y sobre todo aplicable. El proyecto describe las características de la boleta en detalle pero además cuenta con un modelo de ejemplo, se toma el diseño utilizado en Córdoba. 

Por último, un aspecto a revisar: el proyecto se presenta como una solución a las prácticas de la vieja política partidaria, el voto cadena, las colectoras y el efecto «arrastre». Lo curioso es que, aún cuando en los fundamentos se afirma buscar detener el “efecto arrastre” de las categorías superiores sobre las inferiores (votar a un Intendente por ir con cierto Gobernador, por ejemplo), el diseño propuesto incluye un casillero para votar por “todas las categorías” de un mismo partido. Un detalle que sería bueno revisar ante esta oportunidad de superarnos.

Para terminar, es bueno considerar que el medio de votación, la boleta única de papel, es una parte de una extensa lista de reformas que deberíamos considerar en nuestro sistema electoral y político provincial. Si bien este Proyecto de Ley Electoral logra considerar varios aspectos quedan por debatirse, por ejemplo, las asimetrías y distorsiones con respecto a los votos en nuestra Legislatura, las renovaciones parciales de la Cámara, entre otros aspectos. Aún quedan muchos consensos por construir.

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