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Moyano apuesta a la vuelta de la CTA para reconquistar la CGT.

Moyano busca equilibrio y balance dentro de la organización sindical y habilita la vuelta a los gremios que integran la CTA apuntando a los docentes que equivalen en peso a la UOCRA.

Se trata de la estrategia de Hugo Moyano para reconquistar la CGT. En principio el acompañamiento de su hijo mayor Pablo Moyano, secundado por el bancario Sergio Palazzo.

Promete la vuelta a la central sindical de las entidades que mas allá de haber militado por 20 años en otra central nunca fueron desafiliados de la de Azopardo 802 y que en esa condición pedirán tener voz y voto en el congreso de renovación de autoridades previsto para el 22 de agosto.

La estrategia, aunque puede verse empañada por problemas administrativos y potencialmente legales, puede ser la llave para limar la fortaleza de los «gordos». 

Los grandes gremios de servicios y los «independientes» de buen diálogo con el Gobierno son los rivales de Moyano y accionistas mayoritarios de la CGT a lo largo de su historia.

Se trata de la afiliación de mas de 600 mil personas, número superado únicamente por el gremio de Comercio. Sólo los gremios docentes alegan reunir a cerca de 400 mil afiliados en todo el país. Es un número casi idéntico al de la Uocra, el segundo sindicato en volumen detrás de Comercio

La CTA-T forma parte de la denominada Multisectorial 21-F que encabezan los Moyano junto con algunos gremios de la CGT, la Corriente Federal de Trabajadores, con Palazzo como principal referente y organizaciones sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Desde el año pasado esos sectores actúan en coordinación con protestas y medidas de fuerza como los actos del 21 de febrero y el último, el 25 de mayo.

De todas las organizaciones que componen la CTA sólo algunas pertenecen formalmente a la CGT y tendrían expectativa real de reincorporarse. De ellas, la más importante es Ctera (que nuclea a buena parte de los gremios docentes de todo el país, con eje en el Suteba bonaerense) y le sigue la Asociación del Personal Aeronáutico (trabajadores en tierra).

El peso en afiliados de las organizaciones confederadas a la CGT se traduce en el número de congresales que cada una aporta a los procesos de renovación de autoridades. El sindicato de Comercio cuenta con 186 congresales y la Uocra, con 88.

Con un puñado de otras organizaciones referenciadas con los «gordos» y los «independientes» como Sanidad y UPCN (estatales) es suficiente para volcar a su favor una teórica votación en un congreso como el que se realizará el 22 de agosto. La definición del actual triunvirato de líderes se concretó en agosto de 2016 con la presencia de 2.122 congresales.

Un gremio del volumen de Ctera, que debería aportar el máximo y que nunca se desafilió, cuenta con un saldo deudor correspondiente a los casi 20 años de ausencia en la principal organización obrera situada en Azopardo. Yasky alega tener voluntad de reincorporarse a través de un eventual plan de pagos.

La vuelta a la CGT, sin embargo, se perfila trabajosa para los gremios de la CTA. Cada sindicato confederado debe aportar una cuota mensual a la central que, en la actualidad, oscila de un piso de 20 mil pesos para las organizaciones más chicas hasta $ 100 mil para las más populosas.

La vuelta

El comité central confederal será quien deberá resolver la incorporación de sindicatos a la CGT.

Con ese fin la CTA de Yasky explorará, además de su alianza ya soldada con Camioneros, entre dirigentes con cercanía política como los miembros de la Corriente Federal y Antonio Caló, el jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

Ayer el canillita Omar Plaíni confirmó el proyecto de reingreso a la CGT de la Ctera y lo extendió a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), aunque en este caso la alternativa es más distante por dos razones: una, que en la central mayoritaria ya hay un gremio confederado de estatales (UPCN) que disputa un mismo universo de representación (de hecho tiene más afiliados). Además ATE está dividida en al menos tres fracciones hoy irreconciliables.

Fuente: Ámbito.com

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