¿Todos contra Adrián Maderna?
Por Santiago Costa
El intendente de Trelew tiene adversarios poderosos y “ex aliados” que hace seis meses no tenía. El mal resultado de las elecciones nacionales en su ciudad y el conflicto por evitar la zonificación minera, algunas de las causas.
Nuevo enemigos
El primer nuevo adversario es El Chubut. El enfrentamiento del diario con Adrián Maderna tuvo un origen comercial: la quita de pauta publicitaria. Pero recrudeció por la quema de su sede durante el conflicto por la derogación de la ley de zonificación. El diario acusa abiertamente al intendente de complicidad con los autores del atentado.
El segundo nuevo adversario es el gobierno nacional, que disminuyó su contacto político al mínimo. Mantiene un canal institucional casi exclusivo mediante Emanuel Coliñir, dirigente de La Cámpora local y funcionario del ministerio del Interior. El intendente apenas logra “presentar” carpetas en el ministerio de Agricultura o reunirse con Aníbal Fernández, gracias al ex ministro Norberto Yauhar.
Maderna pagó los platos rotos por la mala elección (que no pagó el sastrismo con una diferencia negativa casi igual de mala en Madryn) gracias a su desplante público al gobierno nacional en la cumbre de Comodoro y al enfrentamiento político de Juan Pablo Luque. El intendente de Comodoro está jugado con Florencia Papaiani y la quiere como su vicegobernadora para 2023. El aislamiento de Adrián Maderna quedó en evidencia en la última cumbre política con la segunda línea del gobierno nacional en la capital.
Pérdida de autoridad
En menos de un mes y en forma sorpresiva renunciaron dos funcionarios de primera línea (Héctor Castillo en Acción Social y Sebastián De la Vallina en Obras Públicas), que re asumieron como concejales y tendrán fueros. Eso dejó fuera a Oscar Villaroel, del sindicato de Comercio.
Alfredo Béliz dice que no hay que dramatizar, que son decisiones y tiempos que maneja el intendente. Pero también que los pactos se cumplen, que para él Rosales siegue siendo concejal “en febrero y en marzo también” y que “no hay nada definido”.
De la Vallina fue denunciado públicamente por la legisladora Leila Lloyd Jones por “irregularidades” en la obra pública, algo que no denunció judicialmente. Este hecho, que pasó a mayores porque terminó en la renuncia de De la Vallina, que aún no tiene reemplazo, constituyó una “falta de respeto” mayúscula a Maderna como líder político.
La interna ya está desatada y Lorena Alcalá se posiciona como contrapunto de Jones. Maderna ensaya una “fuga hacia adelante” con un proyecto provincial, que apenas hace pie débilmente en la ruta de los rifleros mediante los movimientos sociales (y los programas de que disponen), impulsando cooperativas y mutuales.
Poco para mostrar
El madernismo pareciera confiar en que la normalización del cobro de los empleados públicos provinciales, y el repunte de la obra pública nacional y provincial, reactiven la actividad logística y comercial de la ciudad. El municipio mientras tanto impulsa la economía “social” de las mutuales, cooperativas y el sector del reciclado. También impulsa el sector primario, con huertas y viveros.
Pero al menos los Camioneros y sectores del PJ no entienden como la clase política de Trelew se opuso a la actividad minera, pero no ofrece una alternativa productiva. Heridos por el fracaso del proyecto minero, el camionero Collio, integrante del triunvirato de la CGT del Valle reunificada, declaró “no vemos generación de empleo genuino de calidad. Tiene que haber un mea culpa de la dirgencia política de esta ciudad. El intendente Maderna administra pobreza, y la política que tiene es de pobreza”. Que la CGT comience a criticar en voz alta a Maderna, eso sí es algo nuevo.