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Velorio en el PJ

Por Soledad Paz

Pocas cosas generan más «traidores» que estar en el llano. Empantanados en la derrota, todos sacan a relucir el peronómetro, se miden el nivel de lealtad en sangre y alucinan que el peronismo, en vez de un movimiento, es un partido. Un partido con porteros, lleno de San Pedros del cielo del justicialismo.

Hace meses que toda la dirigencia peronista calculaba, intuía, sabía en su fuero íntimo que Mariano Arcioni adelantaría las elecciones provinciales, desdoblándolas de las nacionales. No pueden alegar sorpresa en defensa propia, fue una jugada ampliamente anunciada. Tuvieron tiempo para prepararse, para forjar la unidad.

Ricardo Sastre se reafilió. Demoraron hasta el hartazgo un congreso partidario en el que, aunque no reformaran la carta orgánica para habilitar la candidatura de un reafiliado, sí blanquear una candidatura por consenso, acordada ente los máximos dirigentes (eso significa: los dirigentes con más votos) y al otro día habilitar la fórmula del frente.

No se hizo el acto por el 17 de octubre, las reuniones se multiplicaron, aparecieron dudosas declaraciones de dirigentes periféricos en los medios, se pospuso el congreso partidario y Ricardo Sastre y Adrián se fueron con Arcioni (Maderna aún no se sabe que hará).

Se podrá debatir hasta que no ardan las velas si Sastre tuvo un doble discurso, si traicionó la confianza de Linares, si los dejó a todos en la estacada en plena fiesta del cordero. Lo cierto es que Sastre temió una emboscada al ver la falta concreta -acciones, hechos- de garantías y primereó con la individual.

Es una pena que no hayan tenido más predicamento las posturas del Tano Di Pierro y Jorge Ávila de hacer un frente generoso, que incluyera al sapo Mariano Arcioni y al muy peronista Chubut Somos Todos, en una primaria donde todos se encolumnen tras el ganador para enfrentar al único adversario: Cambiemos.

Lamentablemente primó la teoría de los dos adversarios…y el que tiene más de un adversario suele aislarse. Pero como a los brutos los endereza la historia, el sistema electoral hará a la fuerza lo que no se hizo por las buenas. Las primarias funcionarán como elecciones generales y las generales como balotaje y el que esté en mejores condiciones de ganarle a Cambiemos absorberá entre un tercio y la mitad de los votos que se fugarán del que salga tercero. Como ya le pasó al PJ, alevosamente,  en 2017.

Hay dirigentes de reparto que especulan y embarraron la cancha para ser dueños de algo chiquitito y también hay otros dirigentes con gran falta de valor. Viviana Navarro no se cansa de pedirle a Carlos Linares que asuma su candidatura y Juan Pablo Luque directamente lo postuló a gobernador, pero Carlos Linares sigue repitiendo que «ni sí, ni que no» mientras el calendario avanza. Ahora espabilan y adelantan el congreso partidario para el 1 de diciembre, pero… de ahí no saldrá ninguna fórmula oficializada. 

Mientras el tsunami de la impotencia electoral se acerca, dirigentes como Norberto Yauhar siguen diciendo por El Comodorense Radio que tienen el “desafío de construir un proyecto político de integración”; o quela gente está esperando respuestas. Nosotros le tenemos que explicar qué es lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer”. De definir una fórmula y darle certeza a sus votantes, nada.

Si Adrián Maderna por Trelew y Rafael Williams por Esquel llegan a cerrar con Fontana 50, el PJ deberá irla a buscar al arco del destino. Aunque nada está definido aún, tampoco nadie tiene certezas de lo contrario. La alianza de Arcioni con Martin Buzzi es un  verdadero cisne negro. 

Si Carlos Linares hubiera asumido su candidatura, todo el peronismo habría ido detrás. A lo sumo, se habría efectivizado el famoso «que decidan las encuestas», como pregonaban Ricardo Sastre y Gustavo MacKarthy. Pero nunca decidieron.  No se puede jugar al tiempista, a lo Lole Reuteman, cuando se adelanta el cronograma y los socios se van. El nivel de incertidumbre que produjo la falta de definición de Carlos Linares generó un vació de conducción total. 

Ahora Gustavo Mackarthy -quien tal vez no sea el que cuente con mayor fortaleza electoral, pero al menos es coherente y nunca dudó- plantea encabezar una fórmula con Carlos Linares como vice (sí, con Carlos Linares como vice).

¿Carlos Linares duda de sus votos en Comodoro? ¿Le teme al voto antiminero de la cordillera? ¿Prefiere un retiro como diputado nacional y moverse en las grandes ligas, lejos del desgaste de la gestión?

El escenario justicialista sería para reír, sino fuera para llorar. 

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