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¿Un gobernador sin partido?

El Arcionismo no existe mi amor, oh oh, oh oh…
El gobernador Mariano Arcioni analiza irse de la estructura partidaria que lo llevó al cargo de vicegobernador. A gobernador lo llevo el infortunio y la legalidad. Decimos estructura partidaria y no partido porque partido es otra cosa. Chubut Somos Todos es un rejunte de peronistas ex justicialistas, de radicales exiliados de la UCR y de vecinalistas todos unidos por la fe en Mario Das Neves, que ya no está. Esa fe y esa unión, tampoco.
El poco partido que había, “se partió” entre los leales a la familia y los “institucionalistas”. Se partió bajo la lluvia de balas judiciales que implica la causa Correa y un hambre de presupuesto que hace flaquear la lealtad de cualquier ministro.

El raquelismo no existe mi amor, oh oh, oh oh
La “administración del buen nombre y legado” de la figura de Mario Das Neves pareciera ser una cuestión familiar, de sangre. Más similar a una herencia bancaria que a una herencia política. Si el hombre es su circunstancia, ¿quién puede hacer hablar a un difunto y hacerle decir que haría en una circunstancia que no vivió? No hay doctrina que alcance para tal proeza.
Podrán no gustar funcionarios de confianza del Gobernador, medidas y hasta declaraciones, pero de ahí a que legisladores oficialistas se pasen a la oposición hay todo un salto. ¿Cuánto sale tener un jefe de bloque? ¿Si el bloque oficialista se hace opositor, el bloque opositor se haría oficialista?

Conviene recordar las diferencias entre Mariano Arcioni y Martin Buzzi. Martin Buzzi prefirió el amor del Frente para la Victoria, que controlaba la Casa Rosada y la Legislatura, siendo imprescindible para gobernar no tener al menos una en contra. Mariano Arcioni en cambio, no prefirió ningún amor alternativo. En cierto sentido, el político al menos, él también es viudo. ¿Porque lo dejan sin partido? ¿Por qué lo empujan enfrente y hacia Comodoro?

ph: El Chubut

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