Boleta única de papel, un desafío en Chubut
Por Martín Gómez
Desde el 2020 diversas organizaciones civiles, a lo largo y ancho de Argentina, vienen llevando a cabo una extensa campaña para lograr introducir en el Congreso el debate por la boleta única de papel. Desde el año 2011 las provincias de Santa Fe y Córdoba ya utilizan este sistema de votación.
La semana pasada la Senadora Nacional por Chubut Edith Terenzi, ingresó al recinto el proyecto de boleta única de papel. En la cámara de Diputados también se elevó un proyecto de boleta única, elaborado por el ex diputado chubutense Gustavo Mena.
No es de sorprender que los proyectos de boleta única de papel provengan de chubutenses. La provincia cuenta con una tradición de boleta única en su historia política, aunque el sistema no esté vigente en la actualidad. Por eso vale la pena repasar el pasado y futuro de la BUpapel en Chubut.
Pasado
Los pobladores de origen gales que llegaron a las costas chubutense en 1865, tenían la finalidad de mantener la cultura, su idioma y la posibilidad de autogobernarse. Fue así que durante diez años (1865 – 1875) lograron autonomía con un sistema político propio, el cuál rozaba una “mixtura” entre el sistema de Westminster británico y el presidencialismo norteamericano, con tintes democráticos influenciados por el movimiento obrero inglés.
Según el sociólogo de origen galés Glyn Williams existía una fuerte influencia del cartismo en la colonización de la Patagonia.
Los inmigrantes galeses no solo utilizarían el voto secreto como herramienta democrática, sino también la boleta única. La papeleta electoral utilizada pertenece al tipo de boleta única, de la cual existen muy variadas y con diferentes modus operandi: desde marcar con una cruz a los candidatos a elegir, asignar números a los mismos, hasta tachar los nombres que no se eligen, como es el caso de éste ejemplar que se utilizó en las elecciones generales del 22 de octubre de 1876; para designar las bancas del Cynghor (Concejo).
En un pasado reciente, durante las últimas sesiones del año 2019 de la Legislatura provincial, los diputados tuvieron un extenso debate sobre un proyecto de ley electoral propia. El artículo V de la misma contemplaba la utilización de un nuevo instrumento de votación. La discusión más grande fue sobre qué modelo utilizar: el cordobés de una única boleta única que incluye a todas las categorías; o el santafesino de varias boletas únicas, una por cada categoría a elegir.
Al final no hubo la suficiente buena voluntad como para llegar a un consenso y quedó en stand by la ley y la posibilidad de la utilización de la boleta única en nuestra sureña.
Futuro
Con los proyectos de BUpapel ingresados en el Congreso, su reinstalación en la agenda política provincial parece inevitable.
Desde que el Honorable Concejo Deliberante (HCD) de la ciudad de Rawson comenzó a analizar la propuesta de la utilización del sistema de BUpapel, incitó a que los ediles de los demás HCD de la provincia vayan por la misma senda. Y parece que comienza a rodar la propuesta.
El contexto será, como toda iniciativa de política pública en Argentina, pendular y con un clivaje difícil de franquear: «la grieta». La provincia no es ajena a esto y la propuesta se verá envuelta en la grieta local.
La senadora Edith Terenzi; el ex diputado Gustavo Mena y el intendente de Rawson (y presidente de la UCR provincial) Damián Biss integran la oposición política al gobierno nacional y provincial, y tienen una agenda propia que quieren instalar.
Pero por el lado del oficialismo provincial y el PJ chubutense las pretensiones parece ser otra: instaurar la Ley de Lemas. Desde el 2011 a la fecha, el PJ siempre compitió en internas en las PASO, sumando un gran caudal de votos por espacio político. Pero eso los dividió y perjudicó en las generales. Y la Ley de Lemas podría ser una gran solución.
El sistema de boleta única hace referencia al instrumento de votación en la elección. Mientras que la Ley lemas hace referencia al sistema de elección de las y los candidatos. A pesar de las diferencias, existe un punto en común: desde ambos lados priorizan reducir el gasto público. El primero con la menor impresión de boletas y el segundo al realizar dos elecciones en una -PASO y Generales unificadas-.
Está claro que se podría ir por ambas. Pero la dirigencia política, centrada principalmente en egos personales y que el otro no cobre relevancia, nunca se pondrá de acuerdo para discutir cómo mejorar el sistema electoral provincial; que a simple vista deja mucho que desear.