¿Cuántos Alfonsín hay?
El ensayista Martín Rodríguez -@tintalimon en la red social twitter- interpela sobre la costumbre argentina de querer tarde a los dirigentes que odia temprano.
«Unos aman el Alfonsín debilitado (por las corporaciones) y otros aman el Alfonsín débil, fundido en la ética de la responsabilidad. Elige tu propio Alfonsín».
«¿Por qué siempre celebran el otoño del patriarca demócrata? Porque celebran su derrota… Se fue antes. Reconoció como su mayor logro darle el poder al otro, que era otro presidente y de otro partido. Pero el tiempo hizo lo suyo. Y esa clase que lo condenó ahora escribe el adagio de un Alfonsín gandhiano, campechano, débil, más bueno que Lassie, que soportaba todo y negociaba todo: los paros generales, las agachadas peronistas, las sublevaciones militares. Es el nuevo Illia, «otro hombre que no entendimos a tiempo». En ese Alfonsín que se consagró «devolviendo el poder» se arma el Alfonsín de Cambiemos: radicales que aceptan las condiciones, su asimetría frente al poder del otro»
«El antecedente del kirchnerismo, es cierto, porque se trata de dos movimientos progresistas nacidos de las entrañas de partidos populares con fuertes contraseñas con las capas medias. El Alfonsín que se plantó con Reagan, la Iglesia, la Sociedad Rural. Help a él. Su vieja dialéctica de «democracia versus autoritarismo» se recuperaba en la de «democracia versus corporaciones» a partir de 2008, cuando acorralaron a Cristina entre el campo y Clarín».
«Alfonsín creyó, e hizo creer a todos, que él era la democracia. El presidente y político de las negociaciones salvadoras. Negoció con los militares, fue en persona a negociar a Campo de Mayo, y pactó en Olivos la reforma constitucional y reelección de Menem. Era el hombre desgarrado que negociaba con los demonios y liberaba a la sociedad, a la izquierda social, de culpa y cargo. El kirchnerismo ayudó a reconstruir al Alfonsín de izquierda».
«Hubo otras versiones elaboradas por izquierda: Alfonsín significó la transformación de la Argentina de clases en la Argentina de ciudadanos».
«¿El triunfo de Alfonsín volvía a separar el orden civil que habitaba dentro del orden militar, otorgándole una oportunidad de reconstrucción y continuidad a la clase dominante que había impulsado la dictadura y que negaba a reconocerse en el espejo de la faena represiva?».
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