El peronismo en Chubut y el juego de las estacas
Por Santiago Costa
Pongámonos de acuerdo en algo básico: el peronismo excede al Partido Justicialista, porque es un movimiento. Se basa en agrupaciones, sindicatos y una identidad hoy más emocional que ideológica: todo aquel que se siente peronista puede serlo.
Winter is coming
Tanto a nivel nacional como local siempre hubo en el PJ disidencias, facciones que perdieron una interna, rompieron y fueron por fuera para vencer y volver a ser conducción. Las internas se ganan pasando a retiro dirigencias, amnistiando segundas líneas -como hizo Néstor Kirchner incorporando al «mono» Díaz Bancalari luego de ganarle a Duhalde en 2005; o a Juanjo Álvarez después de perder con De Narváez en 2009- y construyendo una nueva mayoría, sobre nuevas alianzas.
Pero la unidad en la provincia se rompió en 2009 y los peronistas chubutenses tuvieron que optar por un conductor: Néstor Kirchner o Mario Das Neves. Ese divorcio mal tramitado duró luego de la muerte de Néstor Kirchner en 2010, siguió luego del fin del mandato de Cristina Kirchner en 2015 e incluso tras la muerte de Mario Das Neves. ¿Qué hace falta para que acabe?
Ahora entró en danza la posibilidad concreta, real, palpable de que Cambiemos con Gustavo Menna gane las elecciones y gobierne la provincia hasta 2023. Un gobierno liberal-conservador en términos peronistas, que sería la pesadilla ideológica y partidaria: sumar más llano al llano.
Porque aquí conviene la segunda aclaración: Arcioni podrá no ser peronista, pero de él para abajo en el gobierno provincial sí lo son, porque lo acompaña la mayoría del dasnevismo que heredó.
Si el peronismo excede el PJ y lo hay también en el gobierno; pero el gobernador Mariano Arcioni en sí mismo no es peronista, aunque lo cobije a nivel nacional el Peronismo Federal; y si es imposible la unidad aún ante el peligro real de que Cambiemos gane las elecciones y gobierne la provincia: ¿Qué hacer? Se hace el juego de las estacas.
Los tuyos, los míos y los nuestros
El juego de las estacas es «plantar bandera» y ver que polo logra sumar más dirigentes peronistas. Mariano Arcioni logró sumar a Ricardo Sastre, Adrián Maderna, múltiples intendentes de las localidades del interior, al ex gobernador Martín Buzzi, al dirigente petrolero Jorge «Loma» Ávila, al sindicato de Comercio y todo parece indicar que Camioneros y Luz y Fuerza van por el mismo camino.
En el polo opuesto se mantienen férreos antiarcionistas Carlos Linares, Gustavo MacKarthy, Carlos Eliceche, Norberto Yauhar, entre otros. Para ellos el juego de las estacas es logran clavar una en el corazón de Arcioni, vampiro del peronismo.
Hay dirigentes que sostienen un postura componedora y proponen un frente que vaya a PASO entre el PJ y Chubut Federal y quien resulte vencedor enfrente en las generales a Cambiemos con el apoyo de todo el voto peronista de la provincia.
La «prenda de unidad» que pide este sector es que Mariano Arcioni unifique las elecciones con las nacionales y así se vote con boleta completa. De esta manera el candidato a presidente del kirchnerismo traccionaría al candidato local, aumentando sus chances de vencer en la interna.
Se enrolan en este planteo nombres de peso como Néstor Di Pierro, Rafael Williams, Santiago Igón -lo que es una venía implícita de la ex presidenta- e incluso del ex férreo antiarcionista hoy devenido en gestor de la unidad, Blas Meza Evans.
«No», paredón y después
La pregunta ineludible es: ¿Cuántos adversarios principales se puede tener? Si la famosa frase «el enemigo de mi enemigo es mi amigo» suele ser simplificada, lo cierto es que pelear con varios adversarios a la vez suele llevar al aislamiento y a la derrota.
¿Cuánto pesa la palabra de Cristina si se busca la unidad? Darían un paso al costado los candidatos que no pudieran tolerarla en pos de los que aceptarían la unidad, bajo ciertas condiciones?
Si resulta imposible la unidad -porque Mariano Arcioni se rehusara a unificar los turnos electorales, o porque el mandato del Congreso del PJ (alianzas con todos menos con Chubut Federal) se impone por sobre los dirigentes que buscan un aceramiento-, el sistema electoral resolverá la interna peronista. Una vez más, con el severo peligro de favorecer una victoria de Gustavo Menna y Cambiemos.
Si el PJ y Chubut Federal van a elecciones como frentes separados, Chubut Federal cuenta con la ventaja de tener un solo candidato. Es improbable que Gustavo Mackarthy logre ser el candidato del consenso, también quieren -o empujan a- serlo Carlos Linares y Omar Burgoa. Más de una opción del PJ en las PASO puede generar el mismo efecto que en la elección anterior: el PJ como espacio salió primero, pero en la elección general su candidato salió tercero.
¿Qué pasó entre las PASO y la elección general? Más allá del efecto moderado de astucias dirigenciales inclinando sus aparatos, los votantes filo peronistas eligieron la opción con más chances de derrotar a Cambiemos en Chubut, se llame PJ o Arcioni.