Presupuesto de guerra
La Cámara de Diputados aprobó este jueves por 138 a favor, 103 en contra, 8 abstenciones y 7 ausentes el presupuesto de 2019. Fue con votos del oficialismo y de legisladores cercanos a los gobernadores peronistas, que aportaron con abstenciones para facilitar el trámite.
Cambiemos se anotó así una victoria y logró su objetivo de tener la media sanción antes de este viernes, cuando el Fondo Monetario Internacional dará la aprobación final al nuevo acuerdo firmado con la Argentina. La otra meta del Ejecutivo es obtener la sanción final antes del 30 de noviembre, cuando comenzará el G20. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio y el presidente de la cámara baja, Emilio Monzó, fueron claves en la negociación.
La votación llegó poco antes de las 6 de la mañana, tras 15 horas de debate, demorado por los incidentes afuera del Congreso que llevaron a diputados kirchneristas, de izquierda y del Movimiento Evita, a pedir que se suspendiera la sesión por falta de garantías, en medio de una batahola cuando el jefe del bloque PRO Nicolás Massot casi se van a las manos con los kirchneristas Leopoldo Moreau y Daniel Filmus.
Monzó llamó a un cuarto intermedio y disipó los reclamos en una breve reunión con el secretario de seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, a cargo del operativo que terminó con 26 detenidos, todos liberados de madrugada. A la medianoche la plaza estaba sin manifestantes y aún con un férreo operativo de seguridad que no tenía razón de ser.
Apoyo de gobernadores
Como planearon los referentes de Cambiemos, la votación fue en general y en particular, con la sola incorporación de una planilla anexa para incorporar obras públicas a Chaco, para persuadir a Elda Pértile y Juan Mosqueda, que no habían ayudado con el quórum pero luego votaron a favor. Domingo Peppo, su gobernador, negoció beneficios hasta último minuto.
El bloque Argentina Federal, cercano a los gobernadores, aportó la mayoría de los aliados, aunque muchos no habían estado al inicio de la sesión cuando Emilio Monzó necesitaba 21 opositores para abrir el debate. Llegaron tarde los entrerrianos Juan José Bahillo y Mayda Cresto, que luego votaron a favor al igual que los riojanos Luis Beder Herrera y Danilo Flores, enterados que el presupuesto sumó 4000 millones para su provincia. El correntino Oscar Macías, sin gobernador jefe, apareció y votó a favor.
Cumplieron los misioneros y los cordobeses y los santiagueños volvieron a dividirse en mitades: tres votaron a favor y tres no estuvieron, entre ellos Norma Abadala de Matarzo, que firmó el dictamen el martes. Sí levantaron la mano los catamarqueños Gustavo Saadi y Silvia Ginocchio, cercanos a la gobernadora Lucía Corpacci e indecisos hasta hace unos días.
Nadie de este grupo había ayudado con el quórum, que fue posible por los cuatro puntanos (Ivana Bianchi, Karim Alume Sbodio, Victoria Rosso y Andrés Vallone), que luego votaron en contra. «Van a tener que explicar qué hicieron», los había advertido por televisión Rossi, que los consideraba aliados.
Qué se votó
Con las bancas del FpV-PJ vacías, también se votó la adenda del pacto fiscal de las provincias, la actualización de balances por inflación, el monotributo social para cañeros y tabacaleros y el aumento de bienes personales, con una excepción para lo inmuebles rurales, que no sufrirán incrementos. Fue un pedido de las entidades rurales tras conocer el dictamen, Nicolás Dujovne lo concedió y Luciano Laspina le dio forma en la votación.
El resto de la oposición repitieron que es peor dejarlo sin presupuesto aprobado. «Se prologaría el presupuesto del año anterior y Marcos Peña tendría un billón de pesos de libre disponibilidad», alertó Pablo Kosiner, jefe de Argentina Federal.
«No escuché ningún gobernador peronista que me diga hay que rechazar el presupuesto. Porque representan a sus provincias a su pueblo», marcó la cancha. Y recordó los cambios que consiguieron hasta ayer a la noche, cuando se terminó de escribir el dictamen.
Se eliminó el artículo 53 que habilitaba al Gobierno a renegociar deuda a gusto, se agregaron 400 millones para INTA y 500 para Conicet, se sumaron 22 mil millones para las cajas previsionales provinciales, se eliminaron los recortes a la patagonia y no se gravó con Ganancias a cooperativas y mutuales, pero pagará un impuesto al patrimonio si ofrecen créditos y seguros.
El presupuesto prevé un dólar promedio a 40.10 y un gasto corriente de 3.988.095.409.786, que escala a 4.172.312.239.441 si suma la erogación de capital. El 70% (2.575.402.909.369) se insume en servicios sociales y el segundo rubro que más consume es el de servicio de deuda, con 746.389.149.419, por lejos el que más creció este año.
El año que viene tendrá un déficit financiero de $600.285,7 millones (3,3% del PBI), financiado con deuda y el déficit fiscal, previo al pago de los intereses, llegará a cero a partir de fuertes recortes de gastos.
Se borraron o redujeron al mínimo los programas de diferente índole, la obra pública bajó a mínimos históricos y el gasto en áreas administrativas se derrumbó y obligó a diputados de Cambiemos a pedir refuerzos. La radical Alejandra Martínez sumó partidas al programa de violencia contra la mujer y la macrista Cornelia Schmidt Liermann gestionó y consiguió 100 millones de pesos para el Sedronar.
El recorte más fuerte son subsidios que deberán afrontar las provincias, pero no en su totalidad: como parte de la negociación, Kosiner y los gobernadores crearon un fondo de 6500 millones de pesos «destinado a asistir en la transición» y «evitar saltos» en las tarifas y sostener los boletos de los micros del interior. 5000 tendrán asignación directa y Guillermo Dietrich manejará discrecionalmente el resto.
El bloque del Frente Renovador votó en contra a excepción de la chubutense Rosa Muñoz, presa de las urgencias de su gobernador Mariano Arcioni.
La deuda que habilitan las planillas anexas no suman los 57.100 millones que prometió Christiane Lagarde. Y el artículo 8, como quedó redactado, le dará a Marcos Peña poderes para distribuirlos en gastos de capital sin dar mayores explicaciones.