Santiago Goodman no conoce a los hijos.
Por Santiago Costa
Un grupo de docentes -afiliados de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut- escrachó el viernes el domicilio de la ministra de educación Graciela Cigudosa.
La ministra contó que “vinieron cinco autos tocando bocina, se bajaron y golpearon el portón de acceso a mi casa. Uno tiene familia y derechos, no es justo”.
Cigudosa es una ministra que recibió y dialogó siempre con los trabajadores, que además saben que no es ella quien decide el aumento paritario. Cigudosa se quejó porque quienes fueron hasta su casa le gritaron “chorra”, a pesar de que no cuenta con ninguna denuncia en su contra.
El secretario general de Atech Santiago Goodman confirmó que el escrache fue realizado por trabajadores de la educación y justificó la metodología como parte de las diferentes acciones con que se manifiesta el reclamo.
Santiago Goodman quiso explicar la acción asegurando que el escrache nace de una frase de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que era “cuando no hay justicia, hay escrache” y que si “el Gobierno no responde a favor del pueblo y los trabajadores, hay escrache”.
Lo que el dirigente sindical docente parece sorprendentemente desconocer, es el origen del escarche como método de protesta social. El escrache no nace con Abuela de Plaza de Mayo, sino con la agrupación H.I.J.O.S. y la famosa frase «si no hay justicia, hay escrache» remite a las leyes de impunidad y los indultos.
Se escrachaba a genocidas, no a ministras de Educación.
El escrache apuntaba a construir la «condena social» como forma de concientizar y modificar la relación de fuerzas en pos de la derogación de las leyes y la efectiva condena legal. Una cosa no reemplazaba la otra, ni había justicia popular. Anuladas la leyes y reabiertos los juicios a represores, cesó el escrache.
Santiago Goodman reescribe la historia para justificar acciones directas de grupos que escapan a su conducción.
Una conducción que debería desalentar las acciones directas como las tomas de edificios y los cortes de ruta -bastante acción directa es la huelga con escuelas vacías- e impulsar tal vez acciones que pongan en escena el apoyo social a la lucha docente, como una convocatoria a las escuelas para una masiva junta de firmas de padres y presentarlas en Casa de Gobierno.
La acción directa es la falta de imaginación en la iniciativa política y no es menor que la policía no reprimió cortes de ruta ni desalojó edificios públicos.