La corrupción no existe mi amor
“El show está en el quincho… pero lo groso está en algunos nombres de la Patria Contratista de las últimas décadas”. @Adatasur
I.
El ex secretario privado y mano derecha del difunto gobernador -Gonzalo Carpintero- y los dos ex ministros más poderosos -Victor Cisterna y Pablo Oca- son detenidos. Se suceden allanamientos en varias ciudades, detienen a varios empresarios de la construcción ligados a la obra pública. El ministro de Gobierno Federico Massoni monitorea el operativo principal in situ. El público chubutense observa pasmado como, en plena crisis económica, con sueldos públicos congelados y pagados escalonadamente, la sombra del poder va detenida.
¿Esa es una noticia política o una policial? Una policial, claro.
II.
Es 1994, la corrupción es derrotada en Italia y el mani pulite triunfa. Cae el sistema. Se inauguran los años de Silvio Berlusconi en el poder.
Es 2016, el proceso anticorrupción llevado adelante por el Juez Moro deriva en el juicio político a Dilma Rousseff. Cae la presidenta. Se inauguran los años de Temer.
En todos los casos mencionados la lucha contra la corrupción fue un instrumento de alteración del statu quo que provocó la caída de sistemas políticos, seguidos por una fuerte crisis institucional, debilidad política, estancamiento económico…y nueva corrupción.
Donde hay poder hay tendencia a ser la “excepción” a la regla. A violar las normas. Que no derive en impunidad depende de que una justicia independiente -con coraje- actúe en el momento. Eso vale para los poderosos en todos los ámbitos: político, empresario, eclesiástico, deportivo, periodístico…
III.
Esta causa se inicia con un sobre anónimo con pruebas dejado en la Legislatura y dirigido a los más destacados opositores. No por una investigación judicial o periodística.
El show mediático en que los detenidos comunes son esposados con las caras cubiertas por camperas, pero los exministros fotografiados con morbo son funcionales a la impunidad. El público vive esos episodios con una infundada sed de venganza (¿acaso no son inocentes hasta que se demuestre lo contrario?) y la humillación pública reemplaza la condena judicial.
¿Para qué estaba el ministro de Gobierno Massoni sino era para velar por el correcto desarrollo del proceso policial y las garantías de los acusados? O para evitar que salieran fotos de los allanamientos con los acusados en pijamas, que es lo mismo.
El circo mediático-judicial incita a la antipolítica, a un “son todos chorros” que hace campo orégano para los poderosos de verdad, aquellos dueños de Fontana 50 que renegocian el alquiler cada cuatro años con los nuevos inquilinos.
Los bolsos de López no podrán anular los hospitales y escuelas hechos por Néstor Kirchner, así como las presuntas coimas de la obra pública y sobresueldos no podrán empañar la transformación hecha por Mario Das Neves en la infraestructura y los sistemas de salud y educativos de Chubut.
IV.
¿Justifica una cosa la otra? No. ¿Es avalar el “roban, pero hacen”? No. Robar en época de vacas gordas es delito, pero robar en época de vacas flacas es un crimen y un pecado. El que las hace las paga. Pero como gobernante es más pecado la vaca flaca.
Eso es política, generar recursos y distribuirlos. Crear trabajo. Administrar las tensiones sociales. Hacerse respetar en el plano federal. El honestismo como valor político absoluto es insuficiente. Creer que el dinero mal habido de un funcionario es la causa de la crisis económica es de una brutalidad brutal.
Jorge Rafael Videla fue honesto, no se robó ni un peso e iba a misa todos los domingos. La antipolítica es la teoría de los dos demonios aplicada a todo ámbito. Todos son corruptos, menos la sociedad avirgenzada que ve todo y no participa.
Todo ciudadano es responsable de su voto. Las dirigencias surgen, expresan y son reflejo de la sociedad en la que viven.
V.
¿Pero dónde viven los chubutenses que se sienten más ciudadanos de su ciudad y patagónicos que de la provincia?
Los regionalismos impactan de lleno en un sistema de partidos devastado -un PJ atomizado, Cambiemos y su infidelidad latente, Chusoto en peligro de extinción-.
Las nuevas detenciones detonan definitivamente una crisis en la clase política de Trelew, que solo será superada generacionalmente.
A primera vista parece emerger un Comodoro casi impoluto -con Mariano Arcioni más libre de manos que nunca- por un lado y un Adrián Maderna como la “esperanza blanca” generacional del Valle.
El dasnevismo ha muerto electoralmente, salvo que suceda un giro de los acontecimientos y vindicación pública bastante improbable.
Pero sobrevivirán los dasnevistas como militantes políticos. Así como las bases populares del rosismo sobrevivieron primero en Alsina y luego en Roca. Las bases de los movimientos políticos mutan y se reconfiguran hasta encontrar un nuevo líder, no desaparecen así nomás.
Ph: El Universal de México.