Roberto Lavagna: el ¿Presidente? del consenso
Desde hace algunos meses, el economista Roberto Lavagna, suena como presidenciable en la arena política.
Con diferentes denominaciones: “el tapado”, “cisne negro”, o simplemente, “el hombre del consenso”, su potencial candidatura parece despertar cierta sorpresa, sin embargo, con 77 años y una amplia carrera como economista y político, el cisne negro, parece ser más bien blanco.
Fue embajador argentino en la Unión Europea durante la presidencia de Fernando de la Rúa y ex ministro de los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
En 2007 fue candidato a presidente por la Concertación para Una Nación Avanzada (UNA), y en 2015 se unió al espacio del Frente Renovador apoyando a Sergio Massa en su candidatura presidencial.
Resulta interesante consultar sus libros para apreciar el reflejo de la transición del economista al político:
1998: Argentina Brasil Mercosur – Una Decisión Estratégica
1999: Neoconservadurismo Versus Capitalismo Competitivo
2007: La Argentina que Merecemos
2010: Pensando un país
2011: El Desafío de la Voluntad. Trece Meses Cruciales en La Historia Argentina.
2013: Un Futuro Posible
2015: Construyendo la Oportunidad
Desde 2007, año en que fue candidato a presidente, sus obras literarias resultan explícitamente políticas, a diferencias de sus libros anteriores cuya naturaleza se correspondía con lo económico.
El economista
En 2002 Eduardo Duhalde lo nombró Ministro de Economía y luego, Néstor Kirchner lo mantendría en esa cartera. Su rol fue clave para resolver los problemas económicos de una argentina que hasta entonces no tenía conducción política ni expectativas de recuperación económica.
El amor duró hasta 2005, cuando Roberto Lavagna tuvo que renunciar luego de que denunciara la cartelización de la obra pública durante el Kirchnerismo. Por esta causa, casi quince años después de su paso por el ministerio, en noviembre de 2018, fue citado por el Juez Bonadío para que desarrolle su acusación que podría vincularse con la causa de los cuadernos de la corrupción.
El político
En 2007 lanzó su libro «La Argentina que nos merecemos» y dió el salto al bravo mar de la política nacional como candidato a presidente, donde obtuvo 3.290.320 de votos (16,89% del total), resultado que lo colocó en tercer lugar, luego de Cristina Kirchner y de Elisa Carrió.
Durante el año 2010 publicó «Pensando un país» y rechazó los rumores sobre un acuerdo con Julio Cobos en miras a las presidenciales de 2011.
Para el 2015 se unió al Frente Renovador apoyando la candidatura presidencial de Sergio Massa, y ya en 2016 con casi un año de Mauricio Macri como presidente, vaticinó el peor de los escenarios afirmando que «Este tipo de modelo, indefectiblemente, termina en colapso».
El patriota
Durante el año pasado, 2018, el nombre del economista comenzó a sonar nuevamente como posible candidato para este año, 2019. Desde Eduardo Duhalde diciendo «Lavagna es el candidato ideal, en el peronismo hay otros dirigentes a los que todavía les falta un hervor», hasta Ricardo Alfonsín, afirmando que «Roberto Lavagna está dispuesto a hacer un esfuerzo patriótico».
Lo interesante de Lavagna como figura, es observar como sin actividad pública y sin ser candidato, sorprende cómo lo ven las encuestas:
El candidato
En 2019 comenzó sumando elogios de la diputada nacional Graciela Camaño, el Gobernador de Santa Fe Miguel Lifschitz y el senador Miguel Ángel Pichetto.
Además, para Eduardo Duhalde «Lavagna va a ser el próximo presidente», siendo hoy la principal figura que promueve el histórico dirigente justicialista, y cuenta con el tácito apoyo de Ricardo Alfonsín quien se limita a pedir por un pacto entre las mayores fuerzas políticas que, aparentemente, solamente el ex ministro podría articular.
Por otro lado, no todo pueden ser elogios, y desde el kirchnerismo puro,el diputado Andrés Larroque salió al cruce del potencial candidato afirmando que «Tiene vínculos importantes con los grupos económicos», y agregó además que Cristina Kirchner trabaja para «unir a la oposición», pero sin buscar protagonismo.
Roberto Lavagna se perfila entonces como el candidato de la síntesis: un gobierno de transición que deje atrás la famosa grieta entre el macrismo y el kirchnerismo. Parece ser el intérprete de un espacio vacante, de una necesidad de los argentinos, en palabras del propio Lavagna: «Hace falta una propuesta de unión nacional».
